La Refinería Tenerife finalizó la puesta en marcha de la totalidad de sus unidades, tras casi un mes de parada general programada de sus instalaciones, la más exhaustiva de las realizadas en los últimos tres ejercicios. Los trabajos, en los que participaron más de 650 operarios y 36 empresas auxiliares de servicios, implicaron mejoras tecnológicas así como la limpieza de equipos y múltiples labores de mantenimiento.

Dentro del compromiso adquirido por Cepsa de minimizar el impacto de sus actividades en los entornos donde opera, acometieron modificaciones importantes dirigidas a la reducción de las emisiones de la Refinería.

Uno de los hitos más significativos es la puesta en marcha de la planta de recuperación de gases de antorcha, que permitirá reducir la combustión en la antorcha al reutilizar el gas residual que en ella se consume, con la consiguiente mejora de la eficiencia energética y efectos positivos en el medio ambiente.

La empresa indicó ayer que los distintos proyectos permitirán un mayor aprovechamiento del crudo destilado, una reducción de sus consumos energéticos, la mejora de su eficiencia energética y contar con unas instalaciones mantenidas en óptimas condiciones.