El entorno del Santuario del Hermano Pedro, en Granadilla; los alrededores de la iglesia de La Paz, en el Puerto de la Cruz; el Parque La Granja, en Santa Cruz; la Mesa Mota, en La Laguna; La Roca, en Los Cristianos, o los baños del Intercambiador de Transportes y de conocidos centros comerciales tienen una cosa en común: son publicitados en internet como zonas de cruising en Tenerife. Lugares públicos señalados como propicios para mantener sexo rápido y gratuito entre hombres desconocidos.

Un simple vistazo a unas cuantas páginas de internet dirigidas al colectivo homosexual deja claro que en la Isla hay al menos una veintena de espacios públicos donde se supone que se reúnen algunos gays y bisexuales que buscan practicar sexo. Esta actividad, aunque se desarrolla mayoritariamente al aire libre o en aseos públicos, no constituye un delito de exhibicionismo, salvo que se realice delante de menores o discapacitados intelectuales, según se indica en el artículo 185 del Código Penal.

La actividad que se da en estas zonas de contactos homosexuales genera rechazo social, especialmente entre los vecinos más cercanos, y entraña riesgos para la salud de quienes la practican. Al margen del evidente peligro de contagio de enfermedades de transmisión sexual, a estas zonas de cruising no sólo se acercan hombres en busca de sexo: también son un reclamo para chaperos extorsionadores, ladrones y jóvenes violentos y homófobos.

El cruising no constituye un delito, pero en municipios como el Puerto de la Cruz, donde se ubica paradójicamente una de las zonas más conocidas y concurridas del Norte de la Isla, existe una ordenanza municipal de convivencia ciudadana que castiga con multas de entre 100 y 750 euros a quienes mantengan relaciones sexuales en la calle. El Puerto de la Cruz es una excepción, normalmente la Policía no dispone de cobertura legal para actuar, por lo que tiene que limitarse a hacer acto de presencia para incomodar.

El cruising genera daños colaterales: la acumulación de preservativos usados, envoltorios y pañuelos, y la rotura de farolas y puntos de luz para mantener la oscuridad en estos lugares. Un ejemplo perfecto de estos daños es el paseo del Acebuche, junto a la iglesia portuense de La Paz.

En un foro sobre cruising, en la web Gay Tenerife, uno de los usuarios de nombre "Sky26" describe y denuncia claramente el problema de la suciedad: "El motivo de abrir este hilo es que el otro día fui a La Paz y aquello daba pena, parecía un vertedero, lleno de pañuelos, condones usados y demás basura (...) Desde aquí os pido que no dejéis recuerdos de vuestra visita, que no es ningún trabajo dejar esas cositas en las papeleras. No seáis descuidados y sucios o al final cortaran árboles, pondrán luces...".

En páginas de internet dedicadas a este fenómeno más o menos viejo, pero en auge gracias a la red y los profundos cambios en la sociedad, se reconoce que no es una práctica mayoritaria, aunque sí visible en determinados lugares sobre todo por la noche. Los aficionados a esta práctica se comentan a través de internet los lugares "más calientes", así como los peligros que acechan.

Es habitual leer en los foros sobre cruising advertencias de homosexuales que han sido agredidos o extorsionados. La historia es casi siempre la misma: alguien accede a mantener relaciones sexuales supuestamente gratuitas y luego reclama, de mala manera, el pago por los servicios prestados. No son infrecuentes las agresiones, amenazas y robos.

También genera problemas el choque que se produce entre quienes van de cruising y personas que simplemente pasaban por allí ajenas a lo que se cuece a su alrededor. Cuando se trata de espacios abiertos y aislados, no se suelen producir demasiados choques. El problema es mucho mayor en los baños de centros comerciales y edificios públicos donde conviven los que buscan sexo homosexual y los que no, que son la inmensa mayoría. Las miradas y gestos pueden terminar en una relación consentida entre adultos o en acoso, malestar o una grave trifulca. Por eso, los vigilantes de seguridad suelen poner todo su empeño en evitar que anide el cruising en su zona de influencia. La policía también acude a realizar algunas rondas de control.

En uno de estos puntos de debate en la red, un habitual del sexo en los baños públicos, aconseja lo siguiente a sus compañeros de andanzas sexuales: "Discreción y mesura, es la mejor fórmula. Desde hace tiempo es complicado meterse en las cabinas con otro tío en los baños del Intercambiador, hacen rondas de control cuando menos te lo esperas, pero si te pillan, ante todo calma y dar buenas razones a los seguratas, si estás con un adulto no estarás cometiendo ningún delito, por lo que sólo intentarán meterte miedo en el cuerpo".

La lista de zonas de cruising en la Isla es cambiante, pero existen páginas de internet donde incluso se ofrecen mapas de cada lugar, localizado vía satélite, y con todo lujo de detalles.

Algunas de las zonas más citadas en estos medios son las playas de Los Patos (La Orotava), La Tejita (Granadilla), o Las Teresitas (Santa Cruz); los alrededores de lugares de culto como la iglesia de La Paz (Puerto de la Cruz) o el Santuario del Hermano Pedro (Granadilla); los parques de La Granja y García Sanabria (Santa Cruz de Tenerife); el entorno del campus antiguo de la Universidad de La Laguna; la zona de Samarines, en la costa del polígono industrial de Güímar; el final del paseo marítimo de Los Cristianos, conocido como La Roca, o La Laja, en Bajamar.

Esta fichas y mapas del cruising en Tenerife también pueden encontrarse en inglés y otros idiomas, especialmente dirigidas al turismo homosexual, como si fuera un atractivo más de la Isla.

El fenómeno existe, pero es minoritario. En el mismo foro sobre cruising ya citado, un usuario de nombre "Locuramix" se lamenta: "En esta Isla no hay casi cruising, empezando por que la gente es muy atrasada y prejuiciosa. Estoy pensando seriamente mudarme a Gran Canaria, Madrid o Barcelona, o simplemente buscarme una relación estable en esta Isla y cambiar mi estilo de vida". En el mismo medio, "Bisexdiscret" dice: "He tenido unos días libres y me he dedicado a conocer sitios supuestamente de cruising por la Isla y la verdad es que me sorprende que casi no existe". Otros foreros desmienten estas afirmaciones y los animan a volver "otro día" o a "otras horas". Las grandes cantidades de preservativos usados que se concentran en algunos de estos lugares tampoco avalan la teoría sobre su inexistencia.

El cruising no es exclusivo de Tenerife, ni mucho menos, es un fenómeno extendido por todo el territorio nacional y por numerosos países del mundo desde hace décadas. En 1980, Al Pacino protagonizó una película con esta temática titulada "Cruising", que en España se estrenó con el título "A la caza".

El extremo de la permisividad es un parque de Amsterdam (Holanda) donde inauguraron en 2009 un nuevo sistema de señalización que indica estos lugares de encuentro para homosexuales. Sin embargo, el cruising ha originado en Barcelona o Madrid protestas de vecinos y entidades que han pedido a las autoridades que lo eliminen de sus calles. El Ayuntamiento de Tarragona ha sido más contundente en su empeño por erradicar esta práctica del entorno de la playa de Els Capellans: allí la Guardia Urbana realiza patrullas constantes.

De momento, en Tenerife el cruising no ha generado ninguna polémica pública. Donde el fenómeno está localizado y molesta, se trata de erradicar con discreción.

la clave

Cruising es una palabra en inglés que significa "ir de crucero" y en la jerga gay, "ir de ligue". Ahora define la práctica de sexo rápido, consentido y gratuito entre hombres desconocidos en lugares públicos.