Pinceladas de amor y arte, recuerdos del pasado, citas imaginarias con la historia y un caso de prevaricación urbanística en la España actual conforman el abanico temático de las diez obras finalistas al Premio Azorín de Novela 2013, entre las que figura una procedente de Tenerife.

Dotado con 68.000 euros, el fallo de este galardón literario se dará a conocer pasado mañana en el transcurso de una gala que tendrá lugar en el Auditorio de la Diputación de Alicante (ADDA).

Los títulos presentados con el nombre de sus autores son "Hormigas en Sincairén", del escritor y médico alicantino Andrés Botella; "Alla prima", de la novelista catalana Queta García; "La orilla perdida", de Julián Saudí Viejo, natural de Tánger (Marruecos) pero afincado en Illescas (Toledo), y "Cuando la batalla esté perdida y ganada", de José María Velasco, remitida desde Madrid.

Las seis obras cuyos autores han optado por el seudónimo son: "La salvaje inocencia", de Gloria Cécil; "La luz pasajera", enviada por Desmond Angell desde Villena (Alicante), y "El laberinto de la mente", de Ángel Robles (Sevilla).

También figuran "El otro lado del lienzo", de At Last! (Guadalajara); "El tiempo del magnesio", de Jane Wellesley (Jaén), y "Consejos y dudas (sobre antropología) para el uso de viajeros y residentes en tierras salvajes", de Claude Lévi-Strauss (Tenerife).