Tal día como hoy, pero del año 1909, erupcionó el Chinyero, el último volcán de Tenerife que está emplazado en las cumbres de Abeque. Activo hasta el 28 del mismo mes, no causó muertos. El reloj marcaba las dos y media de la tarde pasadas cuando la tierra tembló fuertemente hasta que, casi a las tres y a 1.560 metros sobre el nivel del mar empezó a salir la lava.

"Cunde alarma en este pueblo por haber explotado la montaña de Las Flores, que arroja materias incandescentes", reflejó un telegrama enviado por el cura de Valle Santiago (actual Santiago del Teide); a los pocos minutos ya era más preciso: "En Montaña Cadena Sur y Chajorra hay grandes detonaciones y humos. Señales evidentes de erupción en dirección Norte. Convendría dos buques en el puerto de San Marcos".

Ese primer día, Valle Santiago casi quedó desierto. Sus habitantes abandonaron todas sus pertenencias hacia la zona costera. Las comunicaciones, difíciles entonces, generaron confusión hasta el punto que el norte de la Isla percibía la lava en su dirección. Casi a medianoche, las autoridades ya lo tenían claro en uno y otro lado: "La lava corre en dirección a Santiago por barranco de los Ovejeros. Este dato coincide con Guía, quien comunica que por Montaña Chinyero se ve correr ya franca la lava hacia dicho pueblo". Arguayo y Tamaimo ya estaban vacíos. Pero en el resto de Tenerife se vivió el hecho como un espectáculo.

El 20 de noviembre, la sociedad vio peligrar la existencia de Valle Santiago porque la lava corría (seis metros por hora) en dos ramales hacia la población, que optó por sacar en procesión (recorrieron ocho kilómetros) a las imágenes de Santa Ana en la zona de "El Calvario" de Santa Ana, la Virgen del Pilar y Santo Domingo de Guzmán hasta la zona denominada El Calvario, en Las Manchas. Fue el punto donde la lava se bifurcó y se detuvo.

El 28 de noviembre, 10 días después de explosionar, el alcalde de Garachico explicaba en un telegrama: "El cráter continuaba anoche despidiendo cada hora pequeñas cantidades de fuego, por lo cual se considera terminado el fenómeno sísmico". Abrió cinco bocas, causó alarma, generó muchos daños materiales (especialmente en la agricultura), fue un espectáculo para muchos y continuó generando temblores hasta marco del año 1910.

Chinyero era una montaña de unos 40 metros de altura, su cráter tenía forma de herradura y su erupción tuvo un impacto no solo social, sino económico. Finalmente, el volcán terminó construyendo un cono de 80 metros de altura que se levanta sobre una base de 300 metros de ancho. Actualmente el volcán y toda su área de influencia tienen la categoría de Reserva Natural Especial. El Chinyero forma parte de las 13 erupciones que los vulcanólogos atribuyen al Teide.