Cho Vito fue un poblado marinero de Candelaria asaltado por tierra, mar y aire el 7 de octubre de 2008. Fue el inicio de la operación para derrumbar las casas en las que habitaban 31 familias, formadas por unas 75 personas. Las autoridades alegaron siempre que eran casas ilegales porque ocupaban suelo de dominio público marítimo-terrestre, incluso había sentencias que les daban la razón. Pero no en todos los casos. Los afectados defendieron y defienden lo contrario porque, en muchos casos, existen escrituras de propiedad debidamente registradas, con derechos abonados, dotadas de servicios públicos esenciales (agua y luz, fundamentalmente) y pagaban (aún hoy lo hacen) impuestos y tasas municipales. "No debíamos estar allí, pero para pagar, sí".

El final de Cho Vito comenzó hoy hace una década. "A las 10:28 horas, la pala mordió la casa de Rafael, la segunda que se encontraba a la izquierda de la bajada de la escalera principal. También los peldaños pasaron a mejor vida", refleja la crónica. "Montse llora en una azotea de las pocas casas que continúan en pie, otros salen con dos bolsas plásticas. Aquí llevo 33 años de mi vida. Me echan, no me voy, se lamentan. Y eso, sin obviar los calificativos más lindos que dirigen los afectados al alcalde, José Gumersindo García, quien nos vendió como hizo Judas".

Ese día terminó con 16 casas demolidas y cinco inutilizadas. Durante los siguientes días continuaría la actividad hasta completar la demolición de 23 de las casas. El 16 de noviembre de 2012 procedieron a tumbar las nueve que dejarían en pie en 2008. Entre ellas, la de Tomás González, líder indiscutible de la lucha que emprendió Cho Vito en 2005.

"Son 13 años de estar bregando por lo que consideramos justo. Fuimos ejemplo de unidad, de solidaridad y de trabajo, pero lo que perdura es la injusticia", asegura quien el 17 de abril de ese 2005 dijo haberse "alarmado cuando descubrimos que en el proyecto de Plan General de Ordenación (PGO) de Candelaria se acumulan las cacicadas y los atropellos". Y señala como responsables a José Gumersindo García (alcalde) y a Domingo Tomás Ramos (Urbanismo) "porque firmaron el anejo A15", documento consistente en la propuesta de demolición de Cho Vito. "Lo firmaron, nuestro gobierno municipal no se opuso".

La lucha de este poblado llegó al Parlamento europeo y allí sigue. Aseguran que en su primera visita a Bruselas "recibimos llamadas del Gobierno de Canarias y del Gobierno de Zapatero. Los primeros, para advertirnos de que poníamos en juego 70 millones de euros para Canarias, incluyendo el puerto de Granadilla; los segundos, que estábamos arriesgando la congelación de los fondos de cohesión social para el país". La Comisión de Peticiones apostaba por ambas cosas.

"Al final, nos tumbaron las casas". Desde entonces, "los recuerdos de Cho Vito están en enseres de todo tipo, algunos, y otro no sabemos ni siquiera dónde".

No ocultan que "ya no es como antes", que la comunicación entre los "choviteros" se mantiene "pero el contacto, no". Pero mantienen muchas cosas en común. "Estamos pagando con nuestra salud", señalan varios de los exvecinos del poblado marinero. Un ejemplo, el caso de Montse, la mujer de Tomás. Desde el inicio del derribo de Cho Vito hasta el momento ha sufrido 12 operaciones. "Pagamos con enfermedades un sufrimiento impuesto". Y hay quien va mucho más allá: "Nos mataron en vida".

Y no dudan en rememorar viviendas y en enumerar "a aquellos que se han quedado por el camino desde que Cho Vito desapareció". La lista la forman Francisco Vargas "tío Pancho", Pepín Alonso, Filiberto, Marta, Antonio Alonso "el pollo de Igueste" y Manuel García.

"Y lo que sufrió Elba, Carlota, Antonio...". Al final, como insiste en recordar Tomás, "fuimos seis desarrapados los que nos enfrentamos al poder establecido y que hoy seguimos esperando una solución, porque esto no ha terminado".

A pesar de que "cada carta que recibes, cada notificación es un jeroglífico a descifrar y una trampa a evitar, te van desgastando, dividiendo, amenazando, humillando, desprestigiando, criticando y engañando para terminar riéndose de ti en tu propia cara, porque las cartas ya están hechas, firmadas y el modelo es igual para todos, solo que hay que mandarlas en tiempo y forma". Así resume otro afectado la vivencia de aquellos años.

Los afectados siguen residiendo en Candelaria, en el casco urbano, en Igueste y en Barranco Hondo. Solo uno de los vecinos optó por trasladarse a Santa Cruz de Tenerife. Todos ellos "estamos esperando la decisión final del Tribunal Europeo respecto al Gobierno de España". La decisión de respaldar a los vecinos de Cho Vito está caminando aún, 10 años después.

La última excusa para "eliminar" este poblado marinero fue la construcción de un paseo litoral. El 25 de mayo de 2011, el Servicio Provincial de Costas comenzó su construcción y su comunicación con el paseo de la playa de Las Caletillas. En el comunicado oficial que hizo público este departamento se indicó que el paseo tendría 225 metros de longitud con una superficie pavimentada de 1.647,91 metros cuadrados, así como que uniría el tramo de la costa con la trama urbana. Además, se dotará de instalaciones de servicios a los usuarios, mobiliario urbano y ajardinamiento.

El Boletín Oficial de Canarias del 4 de marzo de 1998 incluía la publicación del convenio de colaboración entre el Ministerio de Medio Ambiente y el Gobierno de Canarias para actuaciones en infraestructuras, cuyo listado apareció en la edición del BOC del día 28 de ese mismo mes. El número 47 de esa lista es el proyecto de paseo marítimo y demolición en Cho Vito, con un presupuesto de 99 millones de pesetas. La redacción del proyecto fue aprobada el 31 de enero de 2005. El paseo está hecho, pero Cho Vito limita con la central eléctrica de Caletillas, considerada imprescindible para garantizar el abastecimiento energético de la Isla. Y Europa reclama a España el dinero que aportó para esta obra porque el Tribunal Europeo entiende que se afectó a los derechos humanos. "Esperamos a que se resuelva este conflicto ya".

La pregunta final la plantea Cho Vito: "Durante este tiempo de aplicación de la Ley de Costas, ¿cuántos hoteles o complejos residenciales han sido recuperados para el bien de todos, para el uso y disfrute de todos, para el dominio público?".

REflexiones

Antonio "Amarillo"

vecino

Carlota

vecina