Los guanches abrían paso mientras sonaba el bucio. Llegaba a su caserío (en torno a las 11:30 horas), ese en cuya playa mantuvo el encuentro con los aborígenes a finales del siglo XIV o principios del XV (representado ayer), la Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Güímar: la Virgen del Socorro. Unas 29 horas después (aproximadamente), esta tarde (17:30 horas) emprenderá el retorno a la parroquia de San Pedro Apóstol, de donde partió ayer aún de madrugada (pasadas las 6:40).

"Miles de personas han tomado las calles de Güímar para acompañar a Nuestra Señora de El Socorro en su camino hacia el caserío de El Socorro", contaba ayer la crónica oficial que, finalmente, no cifró la asistencia a la edición que conmemoró el 375 aniversario de la primera Bajada a El Socorro -dependiendo a quien preguntara, la cantidad oscilaba entre los 20.000 (los más asiduos de la fiesta) y los 50.000 (la alcaldesa, por ejemplo), pasando por entre 30.000 y 40.000 (efectivos de seguridad)-.

La Misa de Peregrinos (6:00) fue oficiada por el obispo, Bernardo Álvarez. La apertura de la puerta principal del templo hizo sonar el pasodoble "Al Socorro", pieza compuesta por Miguel Castillo que no dejó de escucharse durante todo el Camino del Socorro. La Danza de Cintas durante la procesión realzó el momento inicial en el que miles de fieles y devotos no evitaron vítores, risas, llantos ni oraciones.

Todo, en medio de una fiesta que no se detuvo entre parrandas, música canaria, comida y bebida del lugar. Durante la ruta, los vecinos abrieron sus puertas y ofrecieron descanso y refuerzo para seguir hasta el caserío. La tradición volvió a cumplirse. Incluso la indebida, como la subida a Montaña Grande o de Archaco, escalada prohibida desde hace años por la afección que produce a un espacio incluido en la Reserva Natural Especial del Malpaís de Güímar.

Hoy, el municipio celebra la festividad de El Socorro con la subida de la imagen y el tradicional juego de "pares y nones". Un acto que volverá a reunir a miles.