La Policía Local de Arona adquirió cinco inmovilizadores eléctricos y formó a 50 agentes de todas las unidades en el conocimiento y cumplimiento de los protocolos de actuación, para garantizar un uso proporcionado y en situaciones en las que exista un grave riesgo para la integridad física de las personas, policías o sujetos a controlar.

Su adquisición supuso una inversión de 16.133 euros y su uso está amparado en el Archipiélago por la Orden de 17 de junio de 2002, que recoge estos inmovilizadores eléctricos como "equipo básico de las policías locales de Canarias".

Las conocidas como Taser son armas de fuerza no letal que permiten la incapacitación de una persona mediante pulsos eléctricos que interfieren entre el sistema nervioso central y el sistema motor, sin provocar lesiones ni daños graves en el organismo y sin efectos secundarios. Así se señala desde el consistorio en un comunicado en el que se explica que constituyen una alternativa al arma de fuego, por ejemplo, en aquellos casos en que ningún otro procedimiento permita reducir a personas muy violentas.

"Afortunadamente, son situaciones excepcionales en Arona, pero tras un largo asesoramiento, se ha optado por incluir estos sistemas en un plan de incremento y mejora de las dotaciones policiales para, en consecuencia, aumentar la seguridad", explica la concejal de Policía del municipio, Carolina Reverón.