En las entrañas del aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía están guardados miles de objetos que un día fueron olvidados o dejados atrás por sus propietarios a su paso por la terminal. Algo más de diez millones de pasajeros al año, desde turistas a empresarios, trabajadores o profesionales de cualquier sector, dan para mucho. Desde un oso de peluche hasta unas muletas, pasando por decenas de ordenadores portátiles, tabletas de última generación o cámaras fotográficas. Y carteras con dinero.

El protocolo para estas situaciones es riguroso por parte de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). Cada objeto extraviado se recoge y se le asigna un número de registro. Y dicho código, junto con su descripción, entra en una base de datos. Las competencias en objetos perdidos están asignadas por ley a las administraciones municipales. En este caso, la gestión de todos esos efectos y el dinero corresponde al Ayuntamiento y la Policía Local de Granadilla de Abona. El 99% de los objetos que se extravían en este municipio están vinculados a usuarios del aeropuerto internacional. Por eso, AENA tiene cedidos a la Concejalía de Seguridad granadillera dos espacios diferenciados para albergar esos bienes sin dueño conocido, hasta ahora, y que entrega a la corporación local. Uno de ellos está dedicado a aquellos efectos perdidos hace relativamente poco tiempo y el otro, a los que, en breve, habrá que dar algún tipo de salida. Y es que, tras dos años, ese material diverso pasa a ser propiedad del consistorio, que, por ejemplo, lo puede subastar, asignar al patrimonio municipal o bien donarlo a alguna entidad benéfica o una ONG.

Las medidas de seguridad en el interior de cualquier aeropuerto son muy fuertes y el Tenerife Sur no es una excepción. El concejal de Seguridad, Jacobo Pérez; el oficial Hilario Cabrera y el empleado municipal asignado a esta tarea explican que intentan realizar un trabajo serio en este ámbito. El edil indica que, hace un año, cuando se constituyó el nuevo grupo de gobierno municipal y hubo un cambio en la Jefatura de la Policía Local, lo primero que se hizo fue encargar una auditoría para determinar qué había realmente en esas dependencias y si se ajustaba al listado entregado por AENA. Esa inspección, que se prolongó semanas, fue hecha por la empresa Prosegur. Jacobo Pérez dice que, según el informe entregado al consistorio, había desajustes entre la base de datos de AENA y lo que realmente había en el espacio donde se guardan los efectos perdidos. Y, desde entonces, señala Pérez que se partió de cero en la gestión.

El concejal granadillero y el oficial coordinador Cabrera aseguran que, en lo que va de año, en el aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía se han encontrado casi 24.000 euros, concretamente 23.901.

Ese dinero, que puede hallarse en billetes grandes o pequeños, en euros o en otras monedas, se ingresa en una cuenta bancaria de la Tesorería del Consistorio. Y, si aparece en una cartera con documentación personal, se hacen gestiones para localizar a su propietario a través de embajadas o consulados y enviárselo mediante transferencia. Pero todo ello tras hacer un decreto de pago. Con el afectado se puede contactar por correo electrónico e, incluso, las redes sociales. En el caso de que aparezca el dueño de un efecto, este puede contactar con una empresa de paquetería que le lleve el bien a su país o su comunidad autónoma.

Jacobo Pérez manifiesta que, de años anteriores, desde 2011 concretamente, no se han encontrado, por ahora, datos en la corporación local del dinero recuperado en la terminal sureña y si se ingresó en la cuenta de Tesorería, o bien se siguió otro procedimiento.

Curiosidades y anécdotas hay varias. El empleado municipal encargado de tales objetos pone un ejemplo. En meses pasados le entregaron un cinturón y como tal se registró en AENA. Sin embargo, el trabajador del ayuntamiento granadillero detectó que, en la parte interior, tenía una cremallera. Al abrirla, encontró 1.100 euros perfectamente doblados, por lo que informó de lo que había hallado y se hizo el registro oportuno. En otra ocasión, en una de las carteras perdidas había 3.400 euros.

El concejal de Seguridad y la Jefatura de la Policía Local estiman que, para esta labor de control de efectos perdidos, la responsabilidad debe recaer en un único trabajador, a quien poder identificar claramente si ha actuado correctamente o de manera inadecuada. Por eso, solamente dicho empleado dispone de las llaves de las citadas dependencias, bajo el control del jefe de la Policía Local y el oficial coordinador. El hombre encargado de esos efectos explica que en una ocasión se localizó en Finlandia a los padres de un niño que había perdido un osito de peluche. Y se les envió al país nórdico. Señala que este es un ejemplo de que se trata de un trabajo satisfactorio.

El oficial de Coordinación de la Policía Local de Granadilla recuerda que "quedarse con objetos de valor o dinero hallados en espacios públicos conlleva una infracción penal por un delito de apropiación indebida". El hecho delictivo puede ser leve, si el valor o el dinero no supera los 400 euros. Dicho mando advierte de que, si transcurridos dos años del hallazgo no se ha encontrado al propietario del efecto o del dinero, la persona que lo localizó puede reclamarlo como suyo, antes de que pase a propiedad municipal.