El Secadero de Tabaco de Granadilla de Abona se convertirá en un espacio polivalente y multiusos. Es una construcción de 1878, realizada por José García Torres -uno de los cosecheros más importantes de la comarca de Abona-, como alternativa a la crisis de la cochinilla, en forma de cuadrilátero regular, de una sola nave, con techumbre a dos aguas y situado en la calle José Reyes Martín -en pleno casco de la Villa Histórica-. Fue corral de comedia, el primer cine del pueblo y secadero de tabaco de todo el Sur de la Isla, entre otras cosas. Declarado Bien de Interés Cultural en 2008, el Ayuntamiento de Granadilla de Abona lo adquirió ese año. Forma parte del importante patrimonio histórico.

A finales de 2016, el alcalde, José Domingo Regalado, recuerda que el Pleno respaldó por unanimidad la aprobación del convenio para financiar la obra por 189.811 euros, de los que el ayuntamiento aporta 37.962 euros (20%) y el Cabildo, 151.849 (80%). El proyecto definitivo tendrá luz verde en breve.

Incluye la reforma y adaptación del interior como espacio polivalente y multiusos destinado a exposiciones, reuniones y conciertos, entre otras actividades. En la parte frontal y de entrada se habilitará una plaza como punto de descanso, mientras que la zona trasera (donde hay una huerta antigua) se rehabilitará como patio y mirador para disfrutar de las vistas hacia el Camino Real del Sur.

Regalado explica que el Secadero se convertirá en un lugar de referencia y solera para el disfrute de vecinos y visitantes. "Nuestro proyecto es rehabilitar el casco histórico a partir de la conservación de edificios como el Secadero de Tabaco, único en Tenerife, que se sumen a otros inmuebles de gran valor patrimonial, como el Convento Franciscano, la Iglesia de San Antonio de Padua y el propio Museo de la Historia", indica.

El Secadero de Tabaco de Granadilla conserva elementos que contribuyen a mantener un ambiente propio de otras décadas y que reflejan la importancia que tuvo la exportación de las hojas de tabaco tanto en el municipio como en la comarca. El expediente que sirvió para declararlo como un BIC aboga por la preservación del edificio en un lugar "sin grandes impactos negativos generados por transformaciones urbanísticas recientes", manifiesta el alcalde.