El barranco de Guirre en su límite con la rambla de Los Menceyes, en Punta Larga (Candelaria), es un cúmulo de problemas del que sobresale "uno que data de hace años". Al lugar vierten casi permanentemente las aguas negras procedentes de un edificio -"creemos que es solo uno"- residencial generando "un punto de insalubridad que nadie quiere eliminar".

Las aguas residuales caen a través de una canalización quedando empozadas debido a la presencia de una gran cantidad de vegetación "crecida como consecuencia de esta agua". De hecho, tal circunstancia se produce junto a la boca de la canalización subterránea del barranco de Guirre que sortea la rambla de Los Menceyes, obstruyendo la misma. "Otro peligro añadido".

Los cinco vecinos del entorno que intervienen como portavoces afirman que "en el Ayuntamiento de Candelaria conocen este problema, pero no solo el actual grupo de gobierno, sino el que estaba en el mandato anterior".

Atestiguan que en este entorno "abundan los insectos, unos mosquitos impresionantes, las ratas parecen gatos y se pasean por donde quieren y el hedor es brutal, hasta el punto de provocar náuseas y obligar a algunos de los que viven más próximos a cerrar sus ventanas". Al otro de la calle está en servicio un supermercado.

Sole, Luis, Rafael, Miguel y María (nombres ficticios porque "no queremos más problemas") se muestran desesperados porque "estamos ante un problema que no queremos llevar más allá". Recuerdan que hace "muchos años" fue necesaria una intervención de limpieza en esta misma zona por el mismo motivo.

Aguas abajo, cruzando la rambla de Los Menceyes, el barranco de Guirre presenta "obstrucciones por maleza y su cauce está poblado de rabo de gato".

Pero las quejas van más allá, a "la falta de aparcamientos en este entorno". Aquí se suma el concejal de Vecinos por Candelaria, José Fernando Gómez, quien secunda esta queja vecinal y sugiere "negociar con los propietarios de grandes superficies libres que existen en la rambla y establecer mecanismos y acuerdos que, sin coste real para la administración ni el vecino, se puedan disponer de cientos de plazas para estacionar".

Gómez señala otra "dificultad" de la que tiene conocimiento por "vecinos que la padecen": los imbornales "sueltos" en plena rambla. "Es un problema que afecta al descanso y a la salud de quienes residen en la zona".