Uno de los testigos que declararon ayer en el juicio del caso Arona, José Tavío Fumero, aseguró que el arquitecto municipal Eliseo de la Rosa le pidió personalmente 400.000 o 500.000 pesetas "para un detalle para su mujer" por la aprobación de una licencia. Tavío indicó que, junto con Ansorena, escuchó a otro testigo, Manuel Castro, decir que Félix Sierra Melo pedía un millón de pesetas (6.000 euros) como contribución al PP por hacer una gestión urbanística en el Ayuntamiento de Arona, cuando supuestamente ya era consejero del Cabildo.

José Tavío Fumero, el último en testificar ayer, señaló que el aparejador Roberto de Luis le recomendó a un arquitecto para un proyecto, al que identificó como Zenón, y que cuando se enteró de que había contratado a otro a De Luis "no le gustó" y "se escondía cuando me veía entrar en la Oficina Técnica". Tavío reconoció que, ante esa situación, trató de buscar la amistad de Eliseo de la Rosa, que una vez le pidió un "detalle" para su mujer de 400.000 o 500.000 pesetas, por resolver positivamente sobre una licencia de Tavío, que supuestamente nunca le abonó tal cantidad por no tener dinero en efectivo. Tavío señala que en otra ocasión De la Rosa le sugirió acudir juntos a un prostíbulo. Tavío Fumero declaró que otro testigo que declaró ayer, Manuel Bernardo Castro, le dijo en una ocasión que Félix Sierra Melo le había pedido un millón de pesetas (6.000 euros) en concepto de ayuda al PP. Supuestamente, Tavío Fumero y Ramón Ansorena Carrera (hijo) quedaron con Castro en un bar de Valle San Lorenzo con la excusa de alquilarle un local. Pero, en realidad, querían grabarlo hablando de supuestos sobornos a políticos o funcionarios del Ayuntamiento. En esa ocasión, Castro dijo que "había que entrar por el aro" o "untar el beso".

Tavío Fumero comentó que, otra vez, acudió a hablar con el exalcalde José Alberto "Berto" González Reverón para realizar un cerramiento en un ático de su propiedad. Según Tavío, la respuesta del exregidor fue "hazlo, apóyame con el voto, que yo no te voy a denunciar y, si algún vecino te denuncia, ya veremos lo que se hace". A preguntas de un abogado de la defensa, José Tavío dijo que no se sintió presionado por Roberto de Luis ni que le pagara dinero a este por sus gestiones.

El mismo letrado le preguntó si había denunciado la solicitud del "detalle" por parte de Eliseo de la Rosa y la respuesta de Tavío fue "no".

El empresario Manuel Bernardo Castro estuvo en su declaración casi más interesado en escuchar la grabación que le hicieron en el bar Fumero de Valle San Lorenzo y en mostrar sus papeles que en responder a las preguntas.

Negó tajantemente que dijera que Félix Sierra le hubiera pedido un millón de pesetas para el PP, puso en duda la seriedad de Tavío y dijo que del único dinero del que habló en la conversación fue del precio del alquiler de locales.

Recalificación y mediación al vender a Sacyr

José Luis Reverón Acosta, extrabajador de CajaCanarias y dueño de una gestoría, señaló que los Ansorena (padre e hijo) le pidieron que averiguara la situación de la parcela en Costa del Silencio donde querían construir 206 viviendas. Reverón Acosta dijo que los Ansorena recibieron una carta manuscrita por debajo de la puerta en la que les exigían 45 millones de pesetas para resolver todos los trámites y "obstáculos", pues era un terreno calificado para uso hotelero y se quería edificar como residencial. Reverón fue a hablar con Félix Sierra Melo para preguntarle por la carta y la respuesta del exedil de Urbanismo fue que "eso no eran cosas de él, sino de Arsenio Zamora" (el empresario que presuntamente ejercía de cobrador para la trama). Para Acosta, la respuesta de Sierra significaba que "o conocía la letra de la carta (y que era de Zamora) o sabía que le pidieron dinero a Ansorena". Ante esa situación, Reverón sugirió a Ramón Ansorena Carrera que denunciara a Zamora y que lo grabara pidiendo "la mordida". Desde ese entonces no mantuvo más contacto con los Ansorena, a los que supuestamente no cobró por las gestiones que les hizo. Reverón Acosta se hizo eco ayer de "los rumores" que circulaban por Los Cristianos de que un primo de Félix Sierra Melo (Benito Sierra) poseía unos terrenos rústicos (120.000 metros cuadrados) cerca de las faldas de la Montaña de Guaza y de la zona de El Rincón y que, desde que entró Félix Sierra al Ayuntamiento como edil de Urbanismo, se habían recalificado como urbanos. Y también señaló que en ambientes del sector inmobiliario se rumoreaba que Sierra Melo medió posteriormente para vender dichos terrenos a Sacyr-Vallehermoso, por los que supuestamente llegó a cobrar de comisión 5.000 pesetas por metro cuadrado. Una abogada de la Defensa preguntó a Reverón si, cuando fue despedido de CajaCanarias por una supuesta irregularidad, pidió ayuda a Sierra para que lo ayudara y si este no lo había apoyado, y el testigo negó que hubiese reclamado tal respaldo.

"Si es el pago de algo oficial no se pide así"

Una de las abogadas de la defensa preguntó a José Luis Reverón si el contenido de la carta que recibió José Ramón Ansorena por debajo de la puerta no podía estar relacionado con los trámites legales que se hacen en un ayuntamiento para solicitar una licencia. La respuesta de Reverón Acosta fue que "no era el impuesto de construcción y, si es algo oficial, no se solicita de esa manera". La citada abogada usó varias veces el término "confabulación" para denominar la grabación que se hizo a Zamora por parte de Ansorena, por lo que fue advertida por la presidenta del Tribunal de que evitara dicha palabra.

Llamadas de atención a Manuel Castro y a Tavío

La presdienta del Tribunal tuvo que llamar la atención varias veces a Manuel Bernardo Castro por eludir las respuestas directas a la fiscal, por su reiterado interés en escuchar la grabación que le hicieron en un bar de Valle San Lorenzo, por su interés en citar sentencias que no venían al caso y mostrar documentos para los que no estaba autorizado. Las advertencias fueron varias y la magistrada le negó la palabra también cuando había acabado el interrogatorio. La presidenta del Tribunal también llegó a llamar la atención a José Tavío por diferentes motivos y, en el interrogatorio a este, también a dos de los abogados defensores.

Un socio del sobrino de Roberto de Luis

El arquitecto Manuel Alexis Hernández Luis señaló que llegó a ser socio en una empresa del sobrino del aparejador municipal Roberto de Luis, José Antonio Molina Luis. Dicho profesional aseguró que nunca oyó decir a Molina que su tío cobraba comisiones por agilizar los trámites urbanísticos. Manifestó que en una ocasión iba a realizar un proyecto para el promotor Marcos Brito Melo y este le pidió que coordinara la iniciativa, pero que tenía que contar con otro arquitecto para su desarrollo. Reconoció que en una ocasión dicho promotor le dijo que desde el consistorio de Arona le exigían dinero (25 millones de pesetas) por agilizar los trámites. Hernández Luis señaló que Brito se tomó dicha solicitud con tranquilidad.

Contradicciones entre la instrucción y el juicio

El empresario Jerónimo Martínez negó ayer todas las declaraciones supuestamente acusatorias realizadas durante la instrucción de este caso. Además, llegó a decir que "a lo mejor le eché la culpa a quien no la tenía", en relación a sus diferencias ideológicas con el exedil de Urbanismo Manuel Barrios.