De sus 51 años de vida, unos 37 los ha pasado vinculado al juego del dominó. Además, ya son 18 los que lleva repartiendo cartas por seis núcleos de Santiago del Teide. Francisco Salamanca Soto recibió un homenaje, junto a otro grupo de personas, del Ayuntamiento santiagués porque hoy es el mejor jugador de dominó del país en la modalidad de parejas. Su compañero en el campeonato de este año fue Honorio León Martín, un hombre desempleado.

Curiosamente, ambos formaron pareja también en el año 2005. En esa ocasión acudieron a Ferrol y lograron el subcampeonato. Este año ganaron en Madrid. Y es curioso porque "las parejas cambian en los torneos", aunque ambos pertenecen a un mismo club: Chinyebilma. Pocos nombres aglutinan señas tan santiagueras como este: el volcán Chinyero y la montaña Bilma.

"Es mi hobby. Con él disfruto mis ratos libres". Esos que le deja las tardes después de pasar la jornada entregando las cartas por el casco urbano de Santiago del Teide, Arguayo, Las Manchas, Molledo, Retamar y el Valle de Arriba. Es el cartero de los pueblos.

"Cuando tenía 14 años empecé a jugar en los bares. Aquí, en los pueblos, no hay mucho que hacer y cuando terminaba de estudiar me entretenía con los viejillos jugando al dominó. Ahí me enchufé". Así de simple lo explica Francisco. Actualmente, "por las tardes me sigue gustando echar la partidita en el bar o en el centro cultural". El caso es "compartir un rato con los amigos".

Paco Salamanca lleva compitiendo ocho años a nivel nacional y otros 16 en el ámbito regional. Siempre con este juego de 28 piezas en el que el doble seis es el objeto indeseado.

Cartero de profesión, procede de una familia tradicional. En tiempo como el que ha azotado la Isla en los últimos días, la situación se complica. "Repartir cartas con este clima es algo a valorar. Aquí, en Santiago del Teide, vivimos los extremos del clima: en invierno, mucho frío; en verano, mucho calor". Pero es el sustento, admite.

Pero en esta época las cosas pintan de otra forma. "Es un juego que no parece atraer a los jóvenes de hoy en día". La facilidad para comunicarse desde la casa o desde cualquier lugar, la posibilidad de acceder a todo tipo de juegos "menos primitivos", o sea, la era de internet "no ayuda a este juego".

El campeón lo tiene muy claro. "El problema del dominó son los recintos en los que se juega. O sea, los bares. Los jóvenes piensan que se trata de un juego de adultos y de mayores, cuando realmente combina cosas que ellos deben ejercitar". Ciertamente, el dominó aparece vinculado a la mesa de un bar de pueblo ocupada por personas "entradas en años". Con esa perspectiva, la conclusión se presenta evidente: "El dominó parece tener poco futuro".