Varios miembros del gobierno municipal de Arona respiraron ayer de alivio y, entre otras cosas, lograron que las atracciones instaladas en Los Cristianos desde los pasados carnavales puedan abrir en los próximos días.

La clave del asunto de la feria fue que carecía del plan de autoprotección obligatorio para la apertura al público. Cuando policías locales acudieron a solicitar la documentación el domingo por la tarde, los empresarios reconocieron que no la tenían.

Y, hasta la mañana de ayer, el ingeniero municipal encargado de inspeccionar estas instalaciones no había firmado el documento que permite la celebración de dicha actividad. ¿Cuál era el motivo de la actitud del funcionario? Según explican fuentes de la oposición y del grupo de gobierno en el consistorio de Arona, el problema radicaba en que el técnico reclamaba el pago de una determinada cantidad de horas extras atrasadas. Y, hasta ayer, no había conseguido su objetivo.

El primer teniente de alcalde, Antonio Sosa, explicó en la mañana de ayer que se mantenían negociaciones con el citado técnico para tratar de alcanzar un acuerdo y poder hacer frente a sus demandas, que, por otra parte, reconoció que eran justas.

Entre otras cosas, Sosa, que ejerce estos días de alcalde accidental porque José Francisco Niño está de vacaciones, señaló en la mañana de ayer que la intensidad del problema generado era mucho menor que el pasado lunes.

Y a primeras horas de la tarde de ayer, Antonio Sosa confirmó a EL DÍA que ese acuerdo se había producido y que los feriantes podrían abrir desde la tarde de ayer.

Según el primer teniente de alcalde, al ingeniero se le adeudan horas extras desde julio del año pasado, cuando fue nombrado director de Seguridad en la administración municipal.