Las administraciones destinan una cantidad de dinero muy importante a formación profesional a través de cursos para jóvenes o desempleados de cualquier edad. Sin embargo, ¿alguien se ha preguntado para qué sirve o qué salidas profesionales tienen esas iniciativas? o ¿realmente se han tenido en cuenta las necesidades de los empresarios del subsector turístico (uno de los pocos que se mantiene pese a la crisis)? Una de las organizaciones de empresarios que existe en la comarca, el Foro de Amigos del Sur de Tenerife (FAST) está convencida de que la respuesta es negativa.

El presidente de este colectivo, José Fernando Cabrera, asegura que, a veces, algunos políticos aluden a la importancia de contratar a "personas de aquí", pero no hallamos a gente suficientemente bien preparada para cubrir los puestos de trabajo que se requieren en hoteles, restaurantes y otros negocios vinculados a la llegada de turistas. "Y por esa razón recurrimos a extranjeros", aclara Cabrera, que ejerció hasta hace un par de años como presidente de Asociación de empresas hoteleras y extrahoteleras de la provincia de Santa Cruz de Tenerife.

Por ese motivo, este empresario piensa que se le debe dar un "vuelco al sistema de formación y modernizarla para adaptarla a las necesidades del mercado".

Como ejemplo de su tesis, Cabrera muestra un resumen de los cursos ofrecidos por el Servicio Canario de Empleo (SCE) en el transcurso de los últimos años. Según el portavoz del FAST, unos 80 de esos proyectos estuvieron dedicados a formar a parados en "informática elemental a nivel usuario" o aplicaciones informáticas de gestión, mientras que únicamente una docena de ellos se destinó a preparar a cocineros.

Cabrera asegura que muchos de esos cursos programados no habilitan directamente para acceder a un puesto de trabajo y eso significa que se ha invertido un dinero de forma inútil.

Y, según dicho empresario, esa circunstancia también provoca una frustración en el alumno desempleado, que se esfuerza por aprender una materia y después no halla salida a la misma.

José Fernando Cabrera explica que, por ejemplo, las empresas turísticas "sí necesitan, por ejemplo, recepcionistas que hablen finlandés, ruso o sueco, así como especialistas en mercadotecnia (marketing) informático, o bien comerciales con conocimiento de varios idiomas".

Aclara el presidente del Foro de Amigos del Sur de Tenerife que "el esfuerzo económico en formación hay que llevarlo a la realidad y por eso desde el Servicio Canario de Empleo deberían acercarse al subsector turístico y preguntar qué necesitamos".

Desde el punto de vista de este empresario los organismos públicos deben planificar cursos de uno o dos años de duración y que permitan que los alumnos de los mismos "se coloquen directamente y bien" en empresas relacionadas con la actividad económica más importante que se desarrolla actualmente en el Archipiélago.

Cabrera señala que en Tenerife existen "muy buenos cocineros y todos están trabajando". En esa línea, apunta que si la propiedad de un restaurante "busca a un maître (jefe de comedor en un restaurante)con buena presencia, que hable inglés y alemán, y sepa vender vinos, tampoco lo encuentra, porque todos estos profesionales están trabajando".

El FAST denuncia que la mayoría de los cursos ofrecidos a desempleados están relacionados con informática de gestión, que no resulta útil en empresas del subsector turístico.