Los aproximadamente 1.200.000 metros cuadrados que tiene el polígono industrial Valle Güímar ha cambiado de manos en lo que se refiere a su gestión y desde ayer el control de este suelo ha recaído en los ayuntamientos de Güímar, Candelaria y Arafo, así como a los empresarios radicados en este ámbito.

Para ello, ayer se firmó la correspondiente acta de cesión por parte del Cabildo y la Entidad Estatal de Suelo (Sepes) a favor de las tres corporaciones locales, que ahora, junto a los empresarios, deberán constituir la Entidad de Conservación.

Al respecto, se destacó que durante las tres décadas de funcionamiento del polígono las administraciones públicas han invertido más 73.000.000 de euros. Ahora, para esta etapa de transición, la futura Entidad de Conservación recibirá como fondo de maniobra por su constitución y funcionamiento 250.000 euros, además de una parcela que podrá servir de almacén para maquinaria y otros elementos.

Asimismo, el aprovechamiento del pozo de Chiguengue se cederá a los ayuntamientos para que su explotación genere también una fuente de financiación.

El polígono "se ubica en un lugar estratégico al estar al lado de la TF-1 y sin duda es un signo de riqueza y prosperidad", señaló la alcaldesa güimarera, Carmen Luisa Castro, quien resaltó es un complejo "modélico en el Archipiélago".

Ahora el objetivo es que este espacio continúe impulsándose con el propósito de que cree "empleo y genere riqueza", añadió el presidente de la Corporación local de Candelaria, José Gumersindo García, resaltando el alcalde de Arafo, José Juan Lemes, que "se abre un nuevo camino que, sin duda, servirá para sacar al Valle de la crisis".

Con la entrega de este espacio se culmina un "largo proceso" que permite a la Isla contar con "un suelo industrial de primer nivel", expresaba Ricardo Melchior, presidente del Cabildo de Tenerife, quien dijo que el polígono alberga doscientas cincuenta empresas y da empleo a unas tres mil personas.