Las posibilidades que tienen las zonas de extracciones de áridos para su reconversión en lugares atractivos son muchas, como quedó de manifiesto en la conferencia que anoche ofreció Domingo Javier Carvajal, Geólogo, Ingeniero de Minas y profesor de la Universidad de Huelva, en la casa de la cultura de Güímar bajo el título "¿Qué se puede hacer con las canteras de Güímar?: experiencias internacionales de restauración".

Un campo de fútbol, un rocódromo, un centro multideporte, el uso agrícola y forestal, la creación de lagos artificiales e incluso un anfiteatro de música fueron algunas de las alternativas que planteó el ponente y que se podrían contemplar en dicho municipio sureño.

Así, comentó que todas estas propuestas están diseñadas y creadas en otras zonas de la geografía internacional, "como Estados Unidos, Australia, Portugal, Suecia y China. En el caso de Güímar habría que analizar lo que el pueblo necesita".

Las posibilidades, por tanto, "son miles", más cuando a los "huecos" dejados por las extracciones de áridos "se les tienen que sacar rentabilidad, generando actividad económica de cara al futuro", aseveró el geólogo onubense en el transcurso de la conferencia, que estuvo organizada por la Asociación de Defensa de los Barrancos Saturnino García.

Domingo Carvajal comentó, sin embargo, que antes de tomar cualquier decisión sobre la actuación a desarrollar en el municipio güimarero habría que analizar el entorno.

"Se tendría que estudiar en profundidad los suelos y la hidrología de toda la zona para conocer, por un lado, las características del terreno y, por otro, para saber si lo elegido se adapta a la singularidad del suelo", explicó el también profesor universitario.

Riesgos si no se actúa

Carvajal tiene claro que lo menos recomendable es dejar las zonas que han sufrido las extracciones de áridos sin algún tipo de actuación que favorezca su reutilización.

"La salud se pone en riesgo si estos espacios no se reconvierten porque podrían ser utilizados como vertederos incontrolados y llegar a contaminar las aguas subterráneas, con el consiguiente perjuicio", manifestó el ponente en su charla.

Además, añadió que otra de las consecuencias negativas "es el impacto visual" que ocasionan estas oquedades sin adecentar "en una Isla turística".