Pedro Ortega salpica su conversación de metáforas e imágenes. Habla de "olas" de "carreras de fondo" y, en varias ocasiones, de una "película", un símil con el que alude a la necesidad de contemplar la realidad económica del Archipiélago como una sucesión de medidas y decisiones que, confía, cristalizarán en el resultado deseado. El consejero de Economía del Gobierno autonómico expone en esta entrevista, precisamente, los proyectos con los que el Ejecutivo aspira a configurar la Canarias del futuro. El tiempo dirá si la película tiene un final feliz.

¿Cómo ve, desde el punto de vista económico, la Canarias de dentro de 15 o20 años?

La veo como una Canarias situada en el centro del Atlántico y siendo la plataforma de negocios de Europa en el África occidental. Estamos tejiendo los mimbres, haciendo esa red de conectividad de datos, de sistema eléctrico, energético... Va a ser una Canarias con jóvenes formados y una Canarias preparada para ser referente internacional que acompañe a África en su crecimiento.

¿Estamos en ventaja respecto a otras regiones que aspiran también a ser ese hub de negocios en el Atlántico medio?

A veces vemos las cosas como fotos, y lo que hay que ver es películas. En el mundo que se está creando la conectividad muchas veces es por datos, y si hace un siglo Canarias estaba de alguna forma fuera del mapa, porque la conectividad era logística, de transportes y era precisa la presencia humana, hoy, con las nuevas tecnologías de la información, las cosas son de otra manera y se puede estar trabajando en el mundo desde Canarias y disfrutando de la realidad de las Islas. Canarias siempre ha tenido unas condiciones geoestratégicas que la hacían importante, pero ahora además la acompaña la conectividad, no solo para ser un sitio de paso, una base logística, sino un lugar de residencia. Puedes residir aquí trabajando en EEUU o desplazarte a África, o conectarte con ellos y aprovechar nuestras condiciones de vida.

La internacionalización es una de las tradicionales asignaturas pendientes de Canarias. ¿Qué pasos se han dado tras la aprobación de la estrategia de la que se ha dotado el Gobierno?

Para que no sea una asignatura pendiente nos hemos puesto a trabajar en ella. La estrategia ha sido elaborada con una visión transversal, no ha sido labor de una consejería, sino que es una estrategia de gobierno, liderada por el propio presidente. El objetivo es que todas las consejerías participen. Un ejemplo es el multilingüismo. Estamos trabajando en 65 medidas incluidas en la estrategia, cambiando la forma de comunicar los valores de Canarias, hemos introducido cambios en el REF que nos hacen más atractivos. Estamos intentando tener unas relaciones más estrechas con África. Pongo otro ejemplo: el programa europeo Madeira-Azores-Canarias (MAC). Canarias entendió que la buena gestión de esa relación entre esas regiones había sido positiva, y en una segunda edición dobló su cuantía. Eso es una apuesta seria, que mantiene a Canarias como la autoridad de gestión de esos fondos, con lo que estamos siendo los embajadores de Europa en África dentro del programa de cooperación. En este tipo de programas estamos tejiendo una malla de relaciones que soporten luego la parte de gestión de esta relación empresarial. Pero es que además estamos formando a nuestros jóvenes con programas de becas internacionales para que sean los verdaderos embajadores de Canarias en el mundo. O el programa Aporta, que, cuando empezó la legislatura, estaba dotado con 300.000 euros y las empresas solo estaban un año, un periodo muy corto para que madure la internacionalización. Primero aumentamos el número de años a tres, procurando que la empresa pudiera iniciarse y madurar, para que luego pueda seguir sola, y luego hemos ido ampliando paulatinamente su presupuesto. Ya hay dos millones de euros. Participan más empresas de distintos sectores: industriales, de servicios... Dos empresas me trasladaron el otro día su satisfacción porque habían conseguido contratos fuera de Canarias, algo en lo que nunca habían pensado, pero cuando vieron el programa creyeron que era una oportunidad y les ha dado resultados.

¿El problema es que muchas empresas ni siquiera se habían planteado salir al exterior?

Probablemente, pero es verdad que todas estas cosas tienen también sus problemas de comunicación. Estos días estamos comunicando todas las líneas de apoyo que tenemos para las empresas. Hemos sido proactivos, hemos ido a buscar a las empresas, y no en una sola isla, sino en todas. Tenemos 39 líneas de ayuda con 36,6 millones de euros. A veces me preguntan qué estamos haciendo para diversificar la economía productiva: estamos preparando las líneas, identificándolas y haciéndolo con quienes las necesitan, estamos haciendo una campaña de comunicación, estamos resolviendo la tramitación y facilitando que todo aquel que pida la subvención la pueda recibir. Hay veces en que los problemas administrativos lo impiden, pero intentamos enseñarles en qué se pueden haber equivocado para acceder a ellas al siguiente año. Podríamos hablar de la línea de la mediana y pequeña empresa, con 5 millones de euros, que benefició el año pasado a más de 200 pymes, o de las ayudas a la modernización y diversificación del sector industrial, con más de 40 proyectos, o del apoyo al sector audiovisual, una línea nueva que ha nacido con el apoyo del Fdcan y permite que se dinamice ese sector. En la primera convocatoria salieron 37 proyectos y va a tener continuidad. También hemos sacado una línea de diversificación para las industrias de alto valor añadido, relacionadas con la estrategia de crecimiento inteligente que apoya Europa. Ya hemos sacado dos convocatorias y cada vez vienen más empresas. Estamos consiguiendo crear líneas atractivas para el empresariado y las estamos haciendo de acuerdo con ellos. El trabajo que me encomendó a mí, y a mi equipo, el presidente fue mover la economía para que hubiese actividad empresarial, de manera que esta genere empleo, que es el gran objetivo. Lo estamos haciendo. El paro ha bajado diez puntos porcentuales desde que llegamos. La tasa sigue siendo alta, pero para eso seguimos trabajando, haciendo cosas distintas a las que se hacían antes para obtener resultados distintos.

¿Se podrá bajar del 20% de paro este año?

Estoy convencido de que estamos en la senda. El cuándo nunca me gusta, porque aunque llevemos un paso firme nos encontramos en un contexto internacional en el que hay amenazas. Hay un cambio de política mundial por parte de EEUU que está ocasionando una serie de disfunciones cuyos efectos todavía no tenemos claros. En nuestro entorno más cercano, Europa, el "bréxit" está siendo un cambio y los propios países miembros estamos viendo modificaciones en el reparto del poder interno que todavía no sabemos cómo pueden influir. Es cierto que Europa está respondiendo bien, pero estos cambios generan incertidumbres a corto plazo que pueden alargar o frenar los movimientos. Además, en el propio Estado español nos hemos enfrentado a una de las mayores crisis institucionales desde que se inició el proceso de la democracia, la crisis de Cataluña. Es necesario tener en cuenta todo ese escenario, porque al final que haya crecimiento es una cuestión de confianza empresarial y del consumidor, que se consigue teniendo empleo y garantías de futuro, viendo que las inversiones van a tener recorrido. Nosotros vamos a seguir haciendo nuestro trabajo, facilitando las condiciones, procurando que bajen los costes energéticos y ayudando a que la iniciativa empresarial tenga resultados con proyectos concretos.

Han pedido al Gobierno central que delimite las áreas marinas donde instalar parques eólicos.

Nos surge la necesidad de irnos al mar porque en tierra ya vemos que va a haber limitaciones. Vamos a llegar en breve al 20% de renovables, se convocará pronto una nueva subasta eólica y después una foto voltaica, pero es verdad que para que haya energía eólica en Canarias tiene que haber viento, y parte de las zonas de viento están en las cercanías de los aeropuertos y otras se encuentran en zonas protegidas, y en ellas no se pueden instalar aerogeneradores. Ante esta situación, el mar es una oportunidad. Hemos animado al Ministerio a que participemos de un proyecto conjunto y generar la primera zona eólica marina en Canarias. Tenemos una zona de desarrollo de prototipos ligada a la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan), pero estamos hablando de crear zonas con proyectos escalables de eólica marina "offshore" que nos permita, por una parte, generar energía y, por otra, cumplir con uno de los cinco objetivos de la estrategia de desarrollo inteligente, convertir las regiones ultraperiféricas en laboratorios naturales de ensayos. Comercialmente, además, es como ir a ver el modelo. Si quieres comprar un coche, vas a la casa a verlo. En este caso sería venir a Canarias a ver energía eólica marina, barata y con tecnología innovadora. Van a estar a tres o cuatro kilómetros de la costa, no a sesenta, y van a permitir una altura de ola razonable. Eso da la oportunidad de, además de generar energía, vender el modelo y hacer experiencia. El Ministerio de Energía lo entendió, lo hemos trabajado también con el de Innovación y con el de Medio Ambiente. Convinimos en ir juntos a hacer el proyecto y en que el Ministerio de Energía lo impulse. Queremos probar primero el modelo en una zona, para ver qué nos cuesta y qué impedimentos encontramos, para luego hacerlo extensible a más islas. Hay diferentes zonas que tenemos identificadas en las que, por condiciones de viento, olas, batimetría y ambientales, se pueden instalar.

¿Qué parte de la generación de energía podría provenir de esa fuente?

La primera zona en la que estamos trabajando generaría 300 megavatios, lo que viene a ser casi un 10% del total de potencia instalada. Pero hay que tener en cuenta que 300 MW en tierra no son lo mismo que en el mar. Lo que importa son las horas de viento. En tierra tenemos entre 3.000 o 3.500 en Gran Canaria o un poco menos en Tenerife, pero cuando te vas al mar pueden llegar a 5.000, con lo que esa potencia es todavía más eficaz. Todas esas oportunidades nos tienen que convertir en referente en nuevas tecnologías.

¿Por qué no salen juntas las subastas de energía eólica y fotovoltaica?

Va a salir una concurrencia de eólica y se va a empezar a trabajar en una de fotovoltaica. Tienen un proceso diferente y tenemos que cumplir los trámites con Europa. Apostamos por el crecimiento en renovables, y no vamos a parar el de eólica porque en el de fotovoltaica haya que terminar de resolver algunas cosas. Soy persona de acción y me gusta ir dando pasos, pero uno detrás de otro. A veces hay que descansar en el rellano, pero en este caso hay que continuar. Hay cosas que se han resuelto en la eólica y nos van a servir para la fotovoltaica.

¿Será posible alguna vez usar la geotermia para generar electricidad?

Soy optimista en ciertas islas que tienen potencial para ello, pero hay que determinarlo. En 2016 se constituyó la mesa de la geotermia; como consecuencia de ello se elaboraron las guías. Hemos puesto al día el estado del conocimiento, la normativa y lo que creemos que hay que hacer para que aquí haya goetermia. Hemos visto lo que se ha hecho en otros sitios, porque si en algunos lugares hay, ¿por qué aquí no? Los expertos nos han propuesto caminos a seguir y el Gobierno, en paralelo, ha trabajado para que en la próxima directiva europea de renovables se introduzcan medidas excepcionales para las regiones ultraperiféricas que permitan financiar y facilitar la geotermia. Hemos creado esa ola que poco a poco va a dar las condiciones. Es verdad que hay que gastar mucho en los sondeos, pero también que una vez se tiene se está en estado de gloria. ¿Cómo financiar la parte que queda todavía? Estos días he estado reunido con Involcan para avanzar en el impulso a la gran olvidada de las renovables, que ha sido la geotermia. La diferencia de la geotermia con el resto de energías renovables es que es gestionable, no depende del día o de la noche, de que haya viento o no. Es una energía continua. Son muchos millones de euros, pero el marco legislativo que habrá tras 2020 puede darnos una oportunidad.

El Gobierno ha apostado por el gas natural como energía de transición hacia un modelo 100% renovable. ¿Es viable que se hagan inversiones tan cuantiosas solo para unas décadas?

El Gobierno ha apostado por las renovables, y se adapta a la necesidad de contaminar menos en ese cambio. Podemos seguir quemando fuel y contaminando como hasta ahora o podemos, en el camino, introducir materias primas que contaminen menos. Igual que podemos adoptar medidas de ahorro y eficiencia energética para bajar los consumos y ser más eficientes y gastar menos, con lo que contaminamos menos, o seguir con lo que tenemos y no invertir en ahorro y eficiencia, gastando lo mismo. Nuestro objetivo es tener el 100% de renovables lo antes posible, cuando sea posible técnicamente, y de forma paralela invertir en ahorro y eficiencia, con materias primas menos contaminantes que reduzcan las emisiones de CO2. Hay un triple efecto: introduzco renovables y bajo emisiones; con medidas de ahorro y eficiencia, también las bajo; y si meto una materia prima menos contaminante, también lo hago. El objetivo siempre es el mismo: luchar contra el cambio climático. La apuesta es clara, pero cuando uno va en ese camino y se plantea la regasificadora de Granadilla ve un coste para el sistema gasista, pero un ahorro para el sistema eléctrico que, según estudios independientes, es de 50 millones de euros anuales. La planta cuesta 300 millones, con lo que en seis años está amortizada. No vemos llegar más allá del 45% de renovables en un horizonte de seis años. Ese es nuestro objetivo para 2025, pero el de Europa es del 30% en 2030. Nuestros objetivos son muy ambiciosos. A partir del sexto año esos 50 millones anuales los puedo dedicar a invertir en más renovables, por ejemplo, a los estudios de geotermia. Lo que pasa es que, como dije antes, hay quien ve una foto y quien ve una película. Yo veo una película, y es una película larga. Los que ganan las carreras son los que se dosifican, los que saben cuándo correr y cuándo parar.