El grupo desarticulado en Madrid especializado en phising, la estafa consistente en conseguir datos bancarios de ciudadanos para sustraerles dinero, engañó con seguridad a 552 víctimas, aunque se supone que hay más, de las que obtuvo un beneficio de más de dos millones de euros.

Así lo detallaron ayer en rueda de prensa los mandos de la Guardia Civil que dirigieron la operación, en la que, en coordinación con la Policía Nacional, fueron arrestadas once personas y otra más imputada en la localidad de Móstoles acusadas de integrar una red especializada en esta estafa.

El jefe de Policía Judicial de la Comandancia de Madrid, el comandante Julio Martín, y el responsable de Delitos Telemáticos, el teniente Abel Marín, explicaron que por ahora hay 552 afectados confirmados, pero se prevé que esta cifra crezca "de manera exponencial".

Todos han recuperado ya su dinero, reintegrado por sus entidades bancarias tras saber que fueron víctimas de esta ciberestafa en la que los ahora arrestados hacían envíos masivos de correos electrónicos simulando ser un banco que necesitaba las claves de los clientes.

Lo hacían normalmente desde hoteles o establecimientos del centro de Madrid, para dificultar el rastreo, y conforme recibían las claves de la banca online de los ciudadanos que caían en el engaño entraban en sus cuentas y cambiaban datos como el número de teléfono móvil o el límite de dinero a sacar. Contaban siempre con móviles recién comprados para poner estos nuevos números en lugar de los reales.

La red se valía de la tecnología NFC (Near Field Communication), que permite utilizar el móvil como tarjeta bancaria, por lo que con aplicaciones bancarias de telefonía realizaban compras en comercios y sacaban dinero de los cajeros automáticos, todo ello con cargo a las cuentas de las víctimas.

Con esa misma tecnología adquirían tarjetas de la moneda virtual bitcoin que canjeaban e ingresaban en monederos electrónicos desde Marruecos, que era el país en el que blanqueaban sus beneficios.

Su centro de operaciones era un piso de Móstoles que tenían ocupado ilegalmente.

Los arrestados tienen entre 17 y 28 años, y todos son marroquíes excepto una mujer española, que es pareja de uno de los cabecillas, y un hombre español que era el experto informático.

En los registros se incautaron 7.500 euros en efectivo, varios ordenadores portátiles, una veintena de teléfonos móviles, claves de acceso a banca "online" y documentación diversa sobre envíos de dinero.

El comandante Martín también explicó que "aunque el avance de la tecnología es inevitable, hay que tomar medidas para evitar a estos grupos organizados, como no dar nunca datos ni contraseñas de la banca ''online'', ni por teléfono ni por correo"