Hoy se celebra en la Audiencia Nacional un juicio en el que el tinerfeño Agustín Fariña, exsoldado, reclama al Ejército una pensión, ya que, expone, todas las enfermedades psíquicas que ha padecido en los últimos años se deben a su actividad como militar y en acto de servicio. Esta vista oral se produce después de que Fariña fuera expulsado del Ejército en septiembre del año pasado. Su abogada, Rut Gutiérrez Toledo, recurrió y el caso llegó finalmente a la Audiencia Nacional.

Dentro del apartado de las periciales, la parte reclamante cuenta con el psiquiatra forense Jesús Cuesta Bascones. En el juicio de contencioso administrativo se plantea que, en vez de una expulsión, Agustín Fariña sea enviado a la reserva y cobre una pensión.

El exsoldado profesional tiene diagnosticadas varias patologías, como estrés postraumático, depresión, crisis de ansiedad, fobias e insomnio. Según su entorno, hasta hace un mes y medio estuvo ingresado en un centro de Barcelona, tras un nuevo episodio de intento de suicidio.

Fariña ha protagonizado un complejo proceso de denuncias y contradenuncias con algunos mandos militares. Todo comenzó en noviembre de 2014. Durante unas pruebas físicas, se lesionó una rodilla. Meses después se reincorporó al trabajo voluntariamente, pero rebajado de todos los servicios, ya que no estaba plenamente recuperado.

Según el entorno del propio afectado, esa circunstancia provocó un supuesto malestar por parte de un mando y una sucesión de circunstancias negativas para Fariña. Llegó a ser acusado de un robo que nunca se pudo demostrar. Y el 16 de abril de 2015, tras una crisis de ansiedad aguda, se le concede la baja psicológica.

Fariña agradece el apoyo prestado por su letrada, así como por la Asociación Independiente de la Guardia Civil por su asesoramiento. Fariña indica que, de su paso por el Ejército, le queda el recuerdo de mandos y compañeros que ha podido conocer, ya que no todo ha sido malo.