El cadáver del guardia civil Camilo Ledesma Rodríguez fue encontrado en el camino de El Púlpito, en el término municipal de La Laguna, el 7 de febrero de 2018. Desde ese momento, su familia busca conocer qué ocurrió realmente aquel día y despejar las incógnitas que han marcado sus vidas. Desde la Brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional de la Comisaría lagunera se barajó desde el principio que la muerte fue por suicidio.

Sin embargo, su familia denuncia que, cuando han transcurrido casi 11 meses desde el trágico episodio, todavía no ha recibido documentación alguna que certifique o desmienta que el agente del Instituto Armado se quitó la vida.

Camilo Ledesma era natural de La Laguna y tenía 48 años de edad. Durante su actividad como funcionario del citado cuerpo de seguridad participó en tres misiones internacionales, concretamente en Kosovo, Bosnia y Afganistán.

Además, durante cinco meses ejerció como escolta de autoridades en el País Vasco.

Su esposa resalta la valía profesional e integridad como agente, pero también su bondad como persona.

Como ejemplo de esos valores, recuerda que, durante sus permisos de las misiones internacionales, compraba juguetes o material escolar (lápices, libretas o creyones, por ejemplo) para llevarlos a niños que vivían en la zona próxima a su base.

La familia de este miembro del Instituto Armado señala que en las semanas o días previos al hallazgo del cuerpo no mostró indicios de que fuera a acabar con su vida.

Hasta el momento de su fallecimiento, el mencionado agente trabajaba en el acceso a la Comandancia Provincial de la Guardia Civil, en la zona de Ofra, en la capital tinerfeña.

Tras la muerte del funcionario de la Benemérita, su mujer se empeñó en que se investigaran las circunstancias que rodearon esa muerte violenta.

Para ello, se puso en contacto con una abogada y el criminólogo Félix Ríos Abréu, que se personaron en el mencionado caso y, por lo tanto, tienen derecho a solicitar la documentación del asunto que exista en el juzgado lagunero correspondiente o la Policía Judicial.

La esposa de Camilo comenta que, después de casi 11 meses desde el trágico hecho, por parte de la Policía Nacional de la Comisaría de La Laguna y del órgano judicial no se ha entregado la información solicitada en diferentes ocasiones.

A juicio de su familia, Camilo Ledesma "no encajaba en el perfil de una persona con intención de suicidarse", en la medida que había una muy buena relación familiar y en esos días se materializó un proyecto para la apertura de un comercio en una céntrica calle de la ciudad de La Laguna.

No obstante, la esposa explica que, aunque se tratara de una muerte voluntaria, sin influencia de terceras personas, "queremos que se nos demuestre con las pruebas que se hayan recabado" hasta ahora.

Alguna de la documentación reclamada por parte de la letrada de la familia del guardia civil son el informe de la autopsia, las pruebas de balística, las fotografías, el análisis balístico o bien el informe toxicológico, entre otros.

El arma de fuego encontrada en el lugar de la muerte no era la reglamentaria que utilizaba en su trabajo, ni tampoco formaba parte de las que tenía en un armero para practicar tiro en las instalaciones de La Gallardina.