Grababa a los clientes de un burdel situado en el barrio de La Gallega y luego a través del teléfono de un amigo los chantajeaba con difundir las imágenes si no le pagaban una cierta cantidad de dinero. De esta manera logró reunir 1.200 euros pero la trama estaba tan mal montada que José Daniel M. G. fue rápidamente interceptado por la policía. Ahora la Audiencia Provincial lo ha condenado a seis años y diez meses de cárcel por considerarlo autor de los delitos de chantaje y revelación de secretos y a devolver 600 euros, parte del dinero obtenido.

En total fueron cuatro las personas objeto de estas amenazas. Dos de ellos aceptaron pagar, uno se negó y otro optó por presentar una denuncia. El condenado era pareja sentimental de la mujer transexual que estaba al frente del burdel y que en principio, junto con el dueño del teléfono, estuvieron imputados en la causa judicial. Pero finalmente la Fiscalía solo mantuvo los cargos contra el ahora condenado y la acusación particular los retiró a los tres.

El investigado accedía a los datos personales de los clientes y a continuación les enviaba mensajes amenazadores en los que pedía cantidades que oscilaban entre los 300 y los 5.000 euros. Uno de ellos realizó diversos pagos que sumaron en total 700 euros.

Otro, que tenía 79 años, entregó 500 euros en una gasolinera de La Cuesta después de recibir un mensaje del supuesto padre de una chica con la que se había acostado. Pero luego le llamó una mujer no identificada, quien le dijo que era poco y le exigió 5.000 euros para abortar.

A uno más el condenado le reclamó 500 euros, tras hacerse pasar por una mujer, aunque la víctima se negó a pagar cantidad alguna. A otro le requirió 1.000 euros, pero optó por presentar una denuncia ante la policía.

El análisis del móvil

El titular del teléfono desde el que se realizaron las llamadas aseguró que el acusado lo utilizó sin que él lo supiera. Tras analizar el móvil pudieron acceder a los mensajes enviados y a sus destinatarios. El chantajeado, que actuó como acusación particular, rechazó que le devolvieran el dinero o reclamar algún tipo de indemnización.

Cabe recurso

El juicio se celebró a puerta cerrada en dos sesiones a finales de noviembre y principios de diciembre y la sentencia emitida ahora es recurrible ante el la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).