El Partido Animalista Pacma se ha hecho eco de dos graves casos de maltrato animal ocurridos el pasado 29 de noviembre en la isla de Tenerife. Ese día, diversos activistas publicaron en las redes sociales varias imágenes en las que se observaban una podenca con restos de una soga fuertemente apretada en su hocico, el cual se encontraba gravemente inflamado, infectado y con carne necrosada, además de una pata rota, y una perra muy anciana, con problemas cutáneos, oculares y tumores que yacía bajo un grueso manto de rastas podridas.

Ambos animales, sin el microchip obligatorio, han sido rescatados de la calle gracias a la colaboración y coordinación de voluntarios y vecinos durante varios días de seguimiento. El podenco pasará a ser caso de la protectora ''Brigada Animalista'', la misma que se hizo cargo del rescate de los 130 perros de San Isidro, mientras que la perra anciana ha tenido que ser eutanasiada por una grave afección cardíaco-pulmonar, a su llegada a Refugio Internacional.

Pacma ha denunciado públicamente "la crueldad a la que se somete a los animales en las islas de forma totalmente normalizada mientras las autoridades no toman cartas en el asunto ni endurecen las condenas por este tipo de delitos, que se cometen con total impunidad o a cambio de irrisorias multas sin que en prácticamente ningún caso se lleve a cabo la retirada del animal a sus maltratadores".

"Mientras el maltrato animal sea un problema de segundo orden, casos como los mencionados pasarán a formar parte de la cotidianidad, poniendo en duda el progreso social y la sensibilización de la que presumen los países del primer mundo en materia de bienestar animal", señala el Partido Animalista.

Añade que en las islas "es frecuente y totalmente normal encontrarse con perros amarrados o encerrados en zulos, mientras que las autoridades que asisten las denuncias no toman represalias legales, ya que la ley actual no contempla el hacinamiento ni el encadenamiento como delito, a pesar de estar sobradamente demostrado que los animales sufren por la represión de sus instintos naturales básicos, condiciones climatológicas adversas de las que no pueden refugiarse, e incluso falta de alimento o higiene mínimos".

Pacma ha hecho, desde hace años hasta el día de hoy, y con el respaldo de protectoras y voluntarios de toda España, una "dura" campaña en contra de la caza a nivel nacional por ser "una actividad inútil, nulamente cultural, contaminante, violenta, prescindible y cruenta tanto con los animales destinados para cazar como por las potenciales presas". Este partido ya se reunió el pasado abril de 2017 con el consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno de Canarias, José Miguel Barragán, para pedir, entre otros asuntos, el fin de la caza.

La Ley Cero de Pacma incluye, entre otras medidas, alternativas éticas, respetuosas y de demostrable efectividad para el control poblacional de los animales susceptibles de ser cazados. "A pesar de haber entregado el trabajo hecho a las autoridades y de los cientos de quejas por parte de colectivos animalistas, voluntarios y demás asociaciones a favor de los derechos de los animales, la caza sigue siendo una de las principales lacras sociales que gozan de respaldo gubernamental", lamenta el Partido Animalista.