Dos jóvenes entraron durante la madrugada de ayer en una vivienda de la Avenida Marítima de Candelaria con un objetivo claro: encontrar una caja fuerte en la que tenía que haber un millón y medio de euros. Sin embargo, no hallaron esa importante suma de dinero y, además, al revolver la casa generaron tanto ruido que alarmaron a los vecinos.

Los dos presuntos autores, que fueron identificados como Y.M.S. y Ó.M.M., llegaron al lugar de los hechos pasadas las dos de la madrugada. El domicilio es propiedad de una empresaria dedicada a la comercialización de joyas.

Los ladrones saltaron el muro del patio frontal de la finca y, mediante una patacabra, forzaron una ventana del referido inmueble, donde en ese momento no había ningún morador. Desde el primer momento, revolvieron armarios y desplazaron diferentes muebles.

Personas que residen en las proximidades se percataron de que en la casa ocurría algo extraño y llamaron a la Policía Local en torno a las 2:30 horas.

Los dos únicos agentes municipales que se encontraban de servicio acudieron inmediatamente a la dirección que les fue indicada por los testigos.

Durante los dos minutos que duró su trayecto hasta el enclave del suceso, ambos funcionarios solicitaron apoyo al puesto de la Guardia Civil de Candelaria. Sin embargo, en la madrugada de ayer, el Instituto Armado carecía de patrullas en la Villa Mariana, por lo que se tuvo que activar a una pareja de otra demarcación.

Los policías locales tuvieron que asumir el trabajo en solitario. En primer lugar, se percataron de que la cancela de acceso al patio frontal no estaba fracturada. Pero bajo la ventana por la que entraron los autores había la palanca citada anteriormente.

Los policías locales entraron por el citado hueco y, de forma clara, se identificaron como agentes de la autoridad y pidieron a los ladrones que salieran de forma inmediata.

Ambos jóvenes respondieron afirmativamente, por lo que los funcionarios les ordenaron que lo hicieran con las manos en alto y sin hacer gesto extraño alguno.

Al final, a los implicados se les pusieron los grilletes -momento en el que confesaron lo que estaban buscando- y se les trasladó a un centro de salud, con la colaboración de una patrulla de la Guardia Civil.