El polaco Wojciech Janowski, yerno de la millonaria monegasca Hélène Pastor, fue condenado hoy a cadena perpetua por ordenar su asesinato y el de su chófer, la misma pena que recibieron el autor material del crimen y su cómplice.

El entrenador deportivo de Janowski, Pascal Dauriac, considerado un intermediario, fue condenado a 30 años de cárcel, mientras que otros cuatro acusados recibieron penas de hasta 15 años y los dos restantes fueron absueltos, indicó el diario francés "Le Monde".

"Para nosotros es una gran victoria", dijo en la cadena "BFM TV" Gildo Pallanca Pastor, hijo de la víctima.

Pastor, de 77 años y una de las mayores fortunas del principado, fue tiroteada junto con su chófer, Mohamed Darwich, el 6 de mayo de 2014 cuando, como cada día desde hacía meses, había ido a visitar a Gildo, que estaba hospitalizado en Niza (sureste de Francia).

La mujer, heredera de un imperio inmobiliario y descendiente de una dinastía instalada en Mónaco hace casi un siglo, murió dos semanas después, mientras que el conductor falleció cuatro días más tarde.

Janowski, cónsul honorario de Polonia en Mónaco hasta que fue destituido del cargo tras su arresto, había negado en este tiempo su implicación, pero su abogado, Eric Dupond-Moretti, reconoció este martes ante el tribunal que su cliente era culpable de haber ordenado el asesinato de Pastor, aunque no del chófer.

El letrado indicó que actuó movido por la voluntad de proteger a su pareja, a la que consideraba maltratada psicológicamente por la madre.

No obstante, según el acta de instrucción, lo hizo por motivos económicos.

Sylvia Ratkowski (a la izquierda en la fotografía), con la que no estaba casado, padecía cáncer y Janowski, que debía a sus socios comerciales decenas de millones de euros, habría temido no poder controlar su fortuna en caso de que muriera antes de heredar.

Janowski, de 69 años, y que recurrirá la sentencia, aparecía como el cerebro de una trama por la que otras nueve personas se han sentado en el banquillo desde el pasado 17 de septiembre en el Tribunal de Bouches du Rhône, en el sur de Francia.

Momentos antes de que el jurado se retirara este miércoles para deliberar, el hombre dijo que no tenía nada que añadir a la declaración de su abogado y pidió perdón a Sylvia y a sus hijos.