Las primeras investigaciones en torno a la muerte de una bebé de 21 meses en Madrid después de pasar varias horas en el interior de un vehículo apuntan claramente a que fue un despiste del padre.

Según informan fuentes policiales, cuando la madre acudió a la guardería a recoger a su hija y le dijeron que ese día nadie la había llevado, llamó al padre.

Su primera respuesta fue que sí la había dejado en la guardería, cuando en realidad la niña se había quedado olvidada dentro del coche.

El informe preliminar de la autopsia apunta a que la pequeña murió por deshidratación.

El padre, en estado de shock, no pudo prestar en un principio declaración ante la policía.

Según señala "El Mundo", cuando estuvo en condiciones de hacerlo explicó que recibió una llamada de trabajo en el momento en el que tenía que dejar a la niña en la guardería: "Me llamaron por teléfono y me despiste", confesó a los agentes.

Ayer fue puesto en libertad a la espera de que el juez le cite a declarar acusado de un homicidio imprudente.

El suceso ocurrió el lunes en el distrito madrileño de Hortaleza, en la calle Ana de Austria; el hombre, de 43 años, aparcó su coche, un monovolumen con los cristales tintados, lo cerró y se fue a trabajar, sin acordarse de que no había dejado a la niña en la guardería.

La madre, de 39 años, fue a recoger a su hija en torno a las 15.00 horas y cuando los responsables de la guardería le dijeron que la niña no había llegado esa mañana al centro, la encontró en el coche.

La investigación ha recaído en el juzgado de instrucción número 14 de Madrid, que se encargó del levantamiento del cadáver.