Mariana González Déniz está pasando por los que califica como los peores días de su vida. Hace 8 años, el Juzgado suspendió su condena a un año de prisión a cambio de que realizara trabajos sociales y pagara una multa. Dentro de sus posibilidades ha ido cumpliendo con lo acordado.

Pero esta mujer se enfrenta a dificultades que con el tiempo se han vuelto insalvables, como una minusvalía en la espalda y una hija que cada cierto tiempo se pone enferma y a la que difícilmente puede encontrar quien la cuide. Por ello le resultó imposible cumplir los trabajos comunitarios en determinadas ocasiones. Y en la actualidad se enfrenta a una sentencia firme para que entre en prisión. Las alternativas judiciales se han agotado y no le queda más remedio que recurrir al apoyo popular. "Bajo mi punto de vista están cometiendo una auténtica injusticia. En estos momentos sería una catástrofe ir a la cárcel cuando tengo una hija a mi cargo con problemas de salud", dice. El panorama es tan incierto que, por ejemplo, indica que todos estos días la niña ha ido al colegio sin saber si a la vuelta va a encontrar a su madre en la casa. "En cualquier momento me pueden poner en busca y captura", señalaba ayer. Pide que "me den otra oportunidad. Haré los trabajos que me digan aunque esté mala y seguiré pagando la multa".

Por si fuera poco, su abogado presentó el último recurso fuera de plazo, aunque al final ha interpuesto un escrito hecho por otro letrado en el que se explica su desoladora situación. Junto con una vecina de El Sobradillo impulsan una campaña de recogida de firmas que empezó ayer frente al Palacio de Justicia de Santa Cruz. A la vez ha decidido recurrir a los medios de comunicación buscando el apoyo vecinal. "Más que por mí lo estoy pidiendo por mi hija de diez años que lo está pasando muy mal, aunque yo no estoy mucho mejor", señala mientras hace esfuerzos para no llorar.