Michael L.E.R. se sentará en el banquillo de los acusados los días 24 y 26 del presente mes al supuestamente ser responsable de un delito de lesiones del que fue objeto una mujer cuya cara quedó desfigurada tras ser víctima de un ataque con una botella. El procesado se enfrenta a unas peticiones por parte de la Fiscalía de cinco años de cárcel y el pago de una indemnización de casi 20.000 euros. De esta cantidad, 18.750 los recibiría la mujer, 100 el hombre que la acompañaba y además se exige que el procesado abone una multa de otros mil.

El altercado tuvo lugar a las tres horas de la mañana del 14 de julio de 2015 durante la Fiesta de Los Polvos en Barranco Hondo, en el término municipal de Candelaria, ya suspendida, precisamente por motivos de seguridad.

En ese momento, el acusado, junto con un menor de edad que está siendo juzgado en la correspondiente jurisdicción, inició una discusión con el mencionado hombre.

Fue entonces cuando la mujer optó por pedir ayuda, lo que molestó al presunto agresor, quien comenzó a golpearla fuertemente en la boca con una botella de cristal hasta el punto de que la agredida acabó perdiendo el conocimiento y cayó al suelo.

Al intentar intervenir el amigo para mediar en la trifulca, el acusado le habría propinado un puñetazo en la cara, tras lo cual salió huyendo del lugar.

Como consecuencia la mujer perdió las piezas dentales completas en ambas mandíbulas, superior e inferior, entre otros daños que requirieron de tratamiento quirúrgico.

Después de la pelea su rostro quedó desfigurado y para recuperar las dimensiones y volumen anterior a la agresión tuvo que someterse a varias cirugías con injertos óseos y de membrana.

Las heridas tardaron un total de 340 días en sanar, de los que durante 23 no pudo llevar a cabo sus actividades habituales.

En la actualidad sigue presentando como secuela un perjuicio estético, aunque ya es calificado de "muy ligero".

Su acompañante sufrió una contusión facial en el lado derecho y erosión en el labio, lo que tardó en curarse dos días.

Precisamente, la falta de seguridad fue la razón por la que este mismo año el Ayuntamiento de la villa de Candelaria decidió suspender la Fiesta de Los Polvos, que se había venido celebrando durante la última década y que llegó a congregar a alrededor de cinco mil jóvenes en algunas de sus ediciones.