La Guardia Civil realizó la operación Cardón/Samurái en Tenerife, que sirvió para desmantelar una de las más importantes organizaciones de narcotráfico del Archipiélago. Nueve hombres, siete españoles y dos marroquíes, fueron detenidos, a la vez que se intervinieron más de dos toneladas y media de hachís, un barco pesquero y varios coches.

La operación se inició a finales del pasado año, fruto del análisis de informaciones obtenidas por los investigadores del Instituto Armado en anteriores intervenciones de la misma naturaleza. En la madrugada del 10 de mayo se interceptó un pesquero con gran parte de la droga, que se llevó hasta el muelle de Los Abrigos.

Los datos apuntaban a la existencia de un grupo con capacidad para adquirir, transportar, ocultar y distribuir importantes cantidades de hachís procedente de Marruecos. Las investigaciones permitieron identificar a cada una de las personas que componían la organización y las funciones de cada una. Se pudo determinar que el jefe de la organización, un marroquí asentado en el norte de Tenerife, se encargaba de mantener los contactos con los productores de hachís en Marruecos. Viajaba con frecuencia a dicho país para realizar personalmente la compra de la sustancia ilícita y organizar su traslado a la Isla.

Un español se dedicaba a dirigir una activa infraestructura con gran capacidad de acción, que podía introducir en las costas canarias varias embarcaciones con droga al mes. El estupefaciente se escondía en distintos zulos o guarderías (locales, pisos y garajes) hasta que otros miembros de la organización se hacían cargo de la distribución y venta del producto.

Una vez preparado el envío de las sustancias ilícitas, la organización contaba en el Sur de Tenerife con el apoyo de varios pescadores, que usaban sus propias embarcaciones para reunirse en alta mar, en los puntos previamente convenidos, con barcos nodriza o embarcaciones semirrígidas que habían partido desde Marruecos con el hachís. Los responsables de la red aprovechaban así su amplia experiencia en la navegación y el importante camuflaje que les proporcionaba su habitual actividad pesquera. Una vez que la droga era traspasada a las embarcaciones pesqueras, estas regresaban a puerto en el horario propio de este tipo de barcos como si regresaran de faenar. Otros miembros de la banda se ocupaban de recoger allí la sustancia estupefaciente y trasladarla a un lugar seguro para su ocultación hasta la salida al mercado.

La organización criminal tenía capacidad para modificar la forma de proceder descrita cuando surgían dificultades, llegando a prescindir de los barcos pesqueros e introduciendo la mercancía ilícita directamente a través de embarcaciones semirrígidas.

Otras veces arrojaban los fardos con el hachís al mar para evitar ser detectados por las fuerzas y cuerpos de seguridad.

La operación Cardón/Samurái fue dirigida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Icod de los Vinos y la Fiscalía Antidroga de Santa Cruz de Tenerife.

El operativo estuvo desarrollado por el Equipo Contra el Crimen Organizado de Canarias (ECO-Canarias) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, y por el Equipo contra la Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife. Dichos investigadores tuvieron el apoyo de personal del Servicio Marítimo de la Comandancia Provincial.