La Fiscalía investiga la causa del derrumbe de un puente en Génova, en el noroeste de Italia, que causó al menos 38 muertos, mientras los bomberos continúan trabajando sin pausa para encontrar a unos cinco desaparecidos entre los bloques de cemento.

Los fiscales de Génova Walter Cotugno y Massimo Terrile ordenaron hoy precintar el acceso al puente para continuar las investigaciones y que los bloques que se desplomaron sean retirados y trasladados a un lugar para su examen.

La primera hipótesis que se está tomando en consideración es la de que se pudo romper uno de los tirantes del viaducto, como comentó a los medios italianos Antonio Brencich, profesor de la Universidad de Ingeniería de Génova que participa en la comisión ministerial formada para esclarecer las causas de este derrumbe.

Valentina Galbusera, que se encontraban en el viaducto en ese momento, explicó que vio "cómo se soltaban los tirantes de acero uno tras otro y el puente empezó a moverse como si hubiese un terremoto", en declaraciones al diario "La Repubblica".

Esta doctora del hospital Villa Scassi explica que intentó echar marcha atrás, pero un chico le aconsejó salir corriendo y escapar y así pudo salvar su vida.

En espera de que se sepan las causas del derrumbe, el Gobierno italiano, formado por la Liga y el Movimiento 5 Estrellas, ha reiterado su decisión de iniciar un proceso para retirar la concesión de la gestión de las carreteras y autopistas al grupo Autostradre, controlado por Atlantia.

El Gobierno indica a Autostrade como el principal responsable de la tragedia, ya que era el encargado de la manutención de esta carretera.

Por otra parte, las tareas para retirar los enormes bloques de cemento que cayeron al vacío continúan con dificultad por cuarto día consecutivo, pues se cree que puede haber hasta una decena de desaparecidos bajo los escombros.

No existen cifras oficiales sobre estos desaparecidos, pero hoy la Protección Civil redujo a cinco a las personas que aún resultan desaparecidas.

De los 16 heridos por el derrumbe, nueve personas continúan ingresadas, tres de ellas de gravedad por numerosos traumatismos y una mujer por intoxicación con anhídrido carbónico.

Mañana se celebrará el funeral de Estado por las 38 víctimas recuperadas hasta el momento, con la presencia del presidente de la República, Sergio Mattarella; del primer ministro, Giuseppe Conte, y oficiado por el cardenal y arzobispo de Génova, Ángelo Bagasco.

Un funeral que estará envuelto en la polémica ya que 20 de las familias de las víctimas han decidido no participar en las exequias públicas y han preferido una ceremonia privada.

Algunas de ellas han manifestado que no participarán en lo que han considerado "una pasarela" para los políticos.

"Es el Estado el que ha causado todo esto. Es mejor que no se les vea. La pasarela de los políticos ha sido vergonzosa", afirmó Nunzia, la madre de Gerardo Esposito, uno de los cuatro jóvenes napolitanos que perdieron la vida, según recoge el diario "Il Secolo XIX".

La ceremonia se celebrará mañana a las 11.30 horas locales (09.30 GMT) en la Feria de esa ciudad italiana, pero la presencia de solo 18 víctimas de las 38 deja ver la rabia de los familiares.

Es el caso de los familiares de Alessandro Robotti y su mujer Giovanna Bottaro, que celebrarán un funeral privado mañana en la parroquia del municipio de Arquata Scrivia (Liguria).

Tampoco participarán en el funeral de mañana los familiares de Andrea Vittone y su esposa Claudia Possetti, que fallecieron junto con los dos hijos de ella, Camilla, de 12 años, y Manuele, de 16.

Los familiares de Stella Boccia, de 23 años, también han preferido celebrar un funeral privado, mientras que sí han autorizado la ceremonia oficial los parientes de su novio, originario de Perú, Carlos Jesús Eraro Trujillo. Ambos murieron mientras emprendían sus vacaciones.