Al menos treinta y cinco personas, entre ellas un niño, murieron ayer tras el derrumbe de un puente en la ciudad italiana de Génova, confirmó el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, quien indicó que el balance es provisional.

El derrumbe de ese viaducto se produjo en torno a las 12:00 horas (10:00 GMT), cuando un tramo del puente Morandi, de 1.182 metros de longitud y una altura de 90 metros, se vino abajo, sepultando bajo los escombros a varios vehículos.

En la zona del siniestro se reunieron varios equipos de bomberos, de protección civil, de la policía municipal y personal sanitario que trabajaban para retirar los escombros y sacar a los posible supervivientes.

Se registraron, además, 13 heridos graves que fueron trasladados a hospitales cercanos, según señalan los medios italianos.

El puente transcurre sobre una zona urbana en la que hay centros comerciales, edificios residenciales y áreas industriales.

La delegación del Gobierno en la región de Liguria informó en Twitter de que unas cincuenta personas fueron desalojadas de las casas ubicadas en las inmediaciones del lugar y se cerró el suministro de gas y electricidad.

Las causas del derrumbe se desconocían ayer. En las próximas horas se abrirá una investigación para i ntentar esclarecer todo lo sucedido.

La concesionaria Austostrade per l''Italia, filial de Atlantia, informó en un comunicado de que estaba trabajando en esa zona para consolidar el pavimento del viaducto: "Se había instalado un puente grúa para permitir el desarrollo de actividades de mantenimiento".