Los peritos que hoy han declarado en un juicio por la muerte de una mujer el pasado año en la capital tinerfeña y de la que ha sido acusado el varón con el que convivía, han asegurado que el fallecimiento no se pudo producir de manera accidental y sí por los muchos golpes que recibió.

El juicio se ha iniciado hoy con jurado y el Ministerio Fiscal, que ejerce José Luis Sánchez, ha pedido para el acusado, A.H.O., de 37 años, una pena de 23 años por asesinato, mientras que la abogada Lucrecia Roldan, que actúa como acusación en representación del Instituto Canario de Igualdad reclama 25 años.

El abogado de la defensa, Mario Schwartz, ha reclamado la absolución después de calificar los hechos como un accidente en el que la víctima sufrió múltiples daños cuando el varón se despertó e intentó sacarla de la habitación en la que estaban y en la que había humo debido a un fuego.

Tanto el acusado como la víctima habían ingerido diversos productos tóxicos durante la tarde noche del 4 de agosto de 2017.

Durante la jornada de hoy han declarado cuatro peritos del Instituto Nacional de Toxicología y dos médicos forenses, quienes han descartado que el fallecimiento de la mujer se produjese por el humo del incendio o de forma accidental.

Los primeros en declarar han sido los peritos del Instituto Nacional de Toxicología, quienes analizaron muestra de sangre, pelos, orina y humor vítreo (líquido que rellena el espacio que hay entre la superficie interna de la retina y la cara posterior del cristalino) de la víctima, que tenía en su cuerpo una concentración de 2,24 gramos por litro de sangre.

También se encontraron en el cuerpo de la víctima productos como cocaína, derivados de la heroína, metadona, ansiolíticos, antipsicóticos, marihuana y otros, que junto con el alcohol no provocaron una sobredosis, indicaron los peritos, quienes también descartaron que la muerte fuese por inhalación de humo.

Del análisis de los órganos de la víctima han dado como resultado que cuando estaba con vida sufrió una contusión occipital y un edema cerebral, y que antes de morir también sufrió la rotura de varias costillas y de la tráquea.

Estos peritos han asegurado que aunque la víctima, que pesaría unos 75 kilos, fuese más corpulenta que su agresor las roturas no podrían haberse producido al tratar el varón de manipular el cuerpo de la mujer.

A continuación han declarado dos médicos forenses, quienes han indicado que mujer falleció entre las seis de la tarde y la doce de la noche del día anterior al que se encontró su cadáver en la vivienda que compartía con el acusado.

El cadáver tenía sobre una ceja y en la frente manchas de cera de vela que no produjeron quemaduras, por lo que los forenses han afirmado que estaba muerta con anterioridad, y también han señalado que con un objeto romo y antes de morir sufrió un golpe en la boca y heridas en la cabeza.

La muerte llegó por un shock traumático, según los médicos forenses, para quienes la ingesta de drogas y alcohol pudo favorecer que el nivel de defensa de la mujer disminuyese debido a la falta de reflejos y de coordinación.

También han destacado que el aplastamiento del tórax de la víctima no pudo deberse a un accidente y han descartado una muerte accidental tras una pelea, ya que el cadáver de la mujer no presentaba lesiones defensivas.