La ciudadana que el pasado martes por la mañana andaba por una vía pública del Puerto de la Cruz con un feto y un hijo de tres años de la mano pudo sufrir un aborto natural, según las fuentes consultadas.

Según las fuentes policiales consultadas, en las pruebas forenses realizadas no se han detectado signos de muerte violenta en el feto, que tenía unos cinco meses de gestación.

Otras fuentes precisaron que el caso de la joven palmera, de 27 años y que se alojaba en unos apartamentos situados cerca del hotel Turquesa, "es más un caso de drama humano que un hecho delictivo".

La conducta de la citada mujer llamó la atención de un taxista de la ciudad turística, que se percató de que llevaba "algo" envuelto entre mantas.

El chófer alertó a los servicios de seguridad y emergencias. En primer lugar, hasta el lugar de los hechos acudieron agentes de la Policía Local del Puerto de la Cruz.

Según uno de los testimonios ofrecidos por la madre, el aborto pudo ocurrir a las tres de la madrugada del pasado martes.

Según una fuente policial, "no es cierto" que llamara a la sala del 1-1-2 para pedir ayuda. Supuestamente, poco después del aborto, introdujo al feto en una nevera.

Respecto al comportamiento de la progenitora, personal sanitario y agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional se percataron de que sufría un problema de salud mental.

Por ese motivo, en un primer momento fue trasladada hasta Hospiten Bellevue, en la citada ciudad turística.

El otro hijo, bien cuidado y alimentado

Desde la Policía Local señalaron que el otro hijo de la mujer afectada, de unos tres años, estaba en buen estado de salud, limpio, bien cuidado y alimentado. Tras ser recogido por los Servicios Sociales, fue trasladado a una guardería. A las 14:00 horas del pasado martes, fue recogido por su abuelo. Las diligencias de este caso son instruidas por agentes de la Brigada de Policía Judicial de la Policía Nacional.