La ciudad de Orlando, que conmemoró ayer el segundo aniversario de la matanza perpetrada en una discoteca gay por un hombre que juró lealtad al Estado Islámico, está conmocionada por un caso de violencia doméstica que terminó con la muerte de cuatro niños y del hombre que los retuvo.

Los cuatro niños fueron encontrados muertos en el apartamento donde Gary Wayne Lindsey Jr., de 35 años, se atrincheró cerca de la medianoche del domingo, tras haber herido a un policía que acudió a un caso de violencia doméstica.