La fiscalía pide inicialmente 25 años de prisión para un hombre acusado de matar a su mujer y emparedar luego su cadáver en el cuarto de contadores del edificio donde residía la pareja, en Torrevieja (Alicante), y que será juzgado a partir del próximo lunes por un jurado popular en la Audiencia Provincial.

La fiscalía considera al acusado, John Charlie Leiva Tello, de nacionalidad chilena, autor de un delito de asesinato con la agravante de parentesco.

Además de pedir inicialmente de 25 años de cárcel, el Ministerio Público solicita que se le prive del derecho a ejercer la patria potestad respecto a sus hijos y que se le condene a estar alejado y no poder comunicarse con ellos ni con su suegra durante diez años.

En su escrito de acusación provisional, al que ha tenido acceso Efe, la acusación pública relata que el acusado mantuvo durante quince años una relación sentimental con la víctima, de su misma nacionalidad y con la que tuvo dos hijos.

La pareja y dos niños, de 8 y 14 años en la actualidad, fijaron su domicilio en una vivienda ubicada en el número 41 de la calle Ramón y Cajal, en Torrevieja.

Durante su último año de convivencia, en 2016, las discusiones entre ambos se hicieron frecuentes y la mujer comenzó a vivir "con temor" hacia su compañero, según el Ministerio Público.

De hecho, llegó a entregar su pasaporte y los de sus hijos, junto a otra documentación de carácter personal, a una amiga para que ésta los guardara, pues la situación familiar era "insostenible" y tenía intención de regresar a Chile con los menores.

Según la fiscalía, en una fecha no determinada pero comprendida entre la madrugada del 12 y el 14 de junio de 2016, John Charlie Leiva Tello mató presuntamente a su mujer.

Supuestamente se aprovechó de su mayor estatura y su superior complexión física para acorralarla en la terraza de la vivienda, le impidió cualquier posibilidad de huida o defensa, y la estranguló.

Tras acabar con su vida, siempre según la versión acusatoria, bajó el cadáver de la mujer hasta el cuarto de contadores de la comunidad y la emparedó en dicho lugar.

El presunto asesino, que tenía conocimientos de cerrajería y albañilería, depositó presuntamente el cuerpo de su compañera en el hueco del habitáculo y lo cubrió luego con cementos y ladrillos.

En ello invirtió, según el escrito fiscal, "varias semanas" y llegó incluso a utilizar "ambientadores" a fin de "disimular el olor del cadáver en descomposición".