Una noche aciaga de Carnaval puede dar para mucho, sobre todo si la víctima sufre una herida grave durante una reyerta (de la que no se sentía partícipe) e inicia un periplo por hospitales, comisarías y juzgados para intentar curarse, identificar a su agresor y que se haga Justicia. Este es el caso de un vecino de Santa Úrsula llamado Alexis.

Hace más de dos meses que fue protagonista de un ataque violento en el amanecer del último martes de Carnaval, el 13 de febrero. Estaba en la avenida Francisco La Roche, cerca del escenario y de las casetas de seguridad. Eran las 8:30 horas y se había separado unos instantes del grupo de amigos y conocidos con los que estaba, todos disfrazados de jugadores de baloncesto. Según relata, al regresar con sus compañeros, se encontró con una reyerta tumultuaria con más de 20 personas, en la que estaban involucrados algunos de su entorno. Explica que, al verlo con la ropa de baloncestista, uno de los implicados lo señaló y se fue hacia él. Recuerda que dicho individuo rompió una botella en el bordillo de la acera e iba a clavársela en sentido descendente. Alexis trató de frenarlo con su mano derecha, pero el atacante llegó antes y le produjo un profundo corte en la palma. La cantidad de sangre que salió provocó que el agresor se quedara impresionado y se marchara. Alexis comenta que se puso la mano en el pecho y se fue hacia donde se hallaba la ambulancia. El personal sanitario le dijo que pudo perder un litro de sangre. En primer lugar fue trasladado al Hospital Universitario de Canarias, donde le limpiaron la herida y se la cosieron. Posteriormente, se le llevó hasta el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, donde pudo ser asistido por médicos especializados en reconstrucción de manos. Alexis indica que estuvo hospitalizado ocho días y durante más de un mes debió permanecer en reposo en su casa. La lesión fue grave, puesto que el vidrio cortó un tendón, nervios y arterias. Los cirujanos debieron efectuarle un trasplante de un tendón de la parte posterior de una pierna para ponerlo en la mano.

Un mes después se dirigió a la Comisaría de la Policía Nacional de Tres de Mayo para presentar la denuncia por la agresión. Hasta ese momento, ningún agente lo identificó como víctima de una lesión grave ni le había tomado declaración por lo sucedido.

Días después acudió de nuevo a dicho recinto para tratar de identificar a la persona que lo atacó y al que reconoció en una fotografía sin ningún género de dudas, puesto que llevaba la cara descubierta cuando ocurrió la agresión. Dicha persona es de origen venezolano, según explica la víctima de este suceso. Para conocer los detalles de su caso, también debió ir varias veces al Juzgado que lo tramita. El afectado reconoce que su recuperación será lenta, entre seis meses y un año, según le han comentado los médicos. Y todavía no se sabe con certeza si le quedarán secuelas físicas o no.

Hace pocos días manifestó que está pendiente de iniciar la rehabilitación para perder la menor movilidad posible en la extremidad. En la sanidad pública le han dado cita para dentro de dos meses. Pero un especialista le ha dicho que esperar ese tiempo puede ser perjudicial y que, de hecho, ya tendría que haber empezado esas sesiones. Por ese motivo, Alexis se plantea acudir a un centro de forma privada.