Unos delincuentes asaltaron la vivienda donde en la madrugada del pasado 23 de marzo fueron asesinadas tres personas (el octogenario Luciano Martín, su hija Carmen Nola y su yerno, Antonio Ortega) por parte del nieto e hijo adoptivo de ellos, Ricardo.

Supuestamente, ante la falta de vigilancia del inmueble, la muerte violenta de tres de sus moradores y el envío a prisión del cuarto, unos ladrones decidieron acceder hasta la casa de tres plantas situada en medio de la finca de plataneras situada en la zona de Llanos de Guaza, en el municipio de Arona.

Los hechos fueron descubiertos el martes de la pasada semana y nuevamente los investigadores de la Guardia Civil debieron desplazarse al referido inmueble para realizar la inspección ocular, intentar tomar huellas y efectuar un informe fotográfico.

Según los datos que han trascendido, los autores de este robo con fuerza consiguieron apropiarse de una caja fuerte, donde las víctimas guardaban dinero y joyas.

Además, los implicados también sustrajeron un vehículo propiedad de uno de los fallecidos, con el que huyeron de la explotación agraria.

Según una de las fuentes consultadas, dicho automóvil fue localizado fuera del municipio de Arona.

Los agentes del Instituto Armado han desarrollado una investigación y supuestamente la misma está bien encaminada.

En principio, los responsables de este delito contra el patrimonio no tienen nada que ver con el triple asesinato registrado pasadas las cinco de la madrugada del 23 de marzo. Este macabro suceso ya fue dado por esclarecido con la detención e ingreso en prisión de Ricardo Ortega, el joven de 23 años, natural de Venezuela, que fue adoptado cuando era un niño por parte de Carmen Nola y su esposo, Antonio "El Palmero".

Cabe recordar que el sepelio de las tres víctimas se produjo durante la tarde del pasado lunes en el municipio palmero de San Andrés y Sauces, de donde eran naturales el octogenario y su hija.

El acusado del triple asesinato avisó a las fuerzas de seguridad porque había encontrado a sus familiares heridos, después de un robo y que, incluso, había llegado a forcejear con un ladrón, el cual se dio a la fuga.

El personal de la ambulancia que acudió a la casa detectó que las tres personas estaban fallecidas. Seguidamente, hasta el lugar llegó una patrulla de la Policía Local de Arona, que comprobó que habían ocurrido tres muertes violentas. Por eso, los agentes municipales avisaron a la Guardia Civil, que activó el protocolo para los casos de homicidios. Desde la mañana de ese viernes, las fuerzas de seguridad tuvieron claro que el principal sospechoso era el alertante. Y este confesó los hechos pocas horas después. El lunes pasado fue enviado a prisión preventiva.