La Policía Nacional elaboró la "operación Ninfa 2018" para garantizar la seguridad durante el pasado Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, entre el 09 y el 18 de febrero.

Los agentes tramitaron en total 550 atestados policiales, 38 personas resultaron detenidas por diferentes motivos y 269 fueron sancionadas por tenencia y consumo de drogas en vía pública.

Además, realizaron ocho incautaciones de armas prohibidas, concretamente cinco armas blancas, dos pistolas simuladas y un bate de béisbol de aluminio.

Los funcionarios trasladaron a Comisaría a siete personas para ser identificadas en Comisaría. Los datos de este año son similares a los registrados en el 2017, donde se contabilizaron en total 482 atestados policiales; 40 personas resultaron detenidas por diferentes motivos; 292 acabaron sancionadas por tenencia y consumo de drogas en vía pública; a 24 se le retiraron armas prohibidas y cinco fueron trasladadas a Comisaría para su identificación.

En el operativo de esta última edición se recuperaron numerosos teléfonos móviles, tablets, videoconsolas y una cámara de grabación profesional. Dichos efectos tienen un valor total de 10.500 euros. Desde la Policía Nacional se recuerda que Santa Cruz de Tenerife tiene una alta tradición en el Carnaval, con miles de ciudadanos y turistas, tanto nacionales como extranjeros, participan en los numerosos actos programados en el Carnaval.

Entre las medidas que se adoptaron, figuran el refuerzo en prevención, con más agentes en unidades de radiopatrullas (Grupos de Atención al Ciudadano), Unidad de Prevención y Reacción (UPR), Unidades de Intervención Policial (UIP), Unidad de Helicópteros o la Brigada Móvil-Policía en el Transporte. Además, se intensificó la investigación, con agentes de paisano de las comisarías de distrito, Policía Judicial, Información y Extranjería.

En total, hubo más de 600 policías, según la Comisaría Provincial. Por las denuncias presentadas, en horario nocturno principalmente, menores no acompañados sufrieron distintos tipos de delitos, como robos de móviles, agresiones físicas o abusos, entre otros. Los agentes detectaron también que los adolescentes sufrieron intoxicaciones etílicas por las que tuvieron que ser atendidos.