La violencia contra la infancia en España va mucho más allá de casos aislados de "adultos o niños monstruos" que agreden a otros menores: es un problema "generalizado y sistémico" cuya solución "no puede esperar más", o de lo contrario el precio a pagar será "intolerablemente alto". La advertencia la lanza el director general de Save the Children, Andrés Conde, que lamenta la "falta de voluntad política" para colocar este asunto en el nivel de prioridad que necesita, que es el de la "urgencia" de una ley integral que erradique todas las formas de violencia contra la infancia, incluido el abuso sexual y el acoso escolar.

"Cada día vemos en los medios de comunicación un caso de violencia contra la infancia, pero lo vemos como sucesos aislados, anomalías, como algo monstruoso que un niño de 9 años sea recurrentemente violado por otros de 12 y 14", sostiene Conde, aludiendo al reciente caso del menor de Jaén.

Pero cuando "algo ocurre de un modo tan continuado, el problema es sistémico y requiere de soluciones sistémicas".

Y es un fenómeno "transversal" que afecta a todas las capas sociales y a todos los niveles de renta, "igual que la violencia de género". "Tenemos una cultura de la violencia, pero no tenemos que pensar que está ligado a la pobreza", subraya el dirigente de la ONG.

En España, uno de cada dos abusos sexuales se producen sobre menores, y se prolongan durante cuatro años; según datos del Ministerio del Interior, 3.919 los sufrieron en 2015, otros 3.766 fueron víctimas de malos tratos en el ámbito familiar y 49 padecieron intentos de homicidio o asesinato, 19 de los cuales terminaron con la muerte del niño.