La Policía Nacional confirmó que la joven de 20 años que murió el pasado sábado en Benicàssim (Castellón) tras colisionar contra un surtidor de gasolina el vehículo en el que viajaba junto a su expareja, un joven de 29 también fallecido, fue introducida "a la fuerza" en el turismo siniestrado.

Este hecho refuerza la hipótesis de que el accidente pudiera ser un caso de violencia de género, según las pesquisas iniciadas por la policía.

Fuentes de la investigación y del círculo cercano a la joven apuntan que ambos, residentes en Vila-real, habían sido pareja sentimental pero rompieron la relación en noviembre, y este mes un familiar de la chica denunció que el joven la había intentado atropellar.

Tras esta denuncia el Juzgado de Violencia sobre la mujer de Vila-real impuso al presunto agresor la prohibición de acercarse a la mujer a menos de 200 metros y de comunicarse con ella por cualquier vía, señalaron las mismas fuentes.

La joven contaba con medidas de protección por parte de una agente de la Policía Local de Vila-real, indicaron desde la Policía Nacional.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Castellón, que se encontraba en funciones de guardia, investiga ahora las circunstancias en las que murieron el pasado 23 de diciembre estos dos jóvenes, ambos residentes en Vila-real, después de que su vehículo colisionara con el surtidor de una gasolinera en la Nacional 340 en Benicàssim.