El oficial Tinguaro Méndez, jefe de la Policía Ecológica de La Laguna, recuerda que un perro potencialmente peligroso es "un arma que se puede disparar en cualquier momento". Y reconoce que el pasado miércoles fue un mal día para las personas que trabajan por prevenir los sucesos graves con esta clase de animales, a raíz de la muerte en La Palma de una mujer de 39 años tras un ataque de su propio pitbull.

Este miembro de la Policía Local lagunera señala que "no se debe humanizar" a dichos canes. Aclara que hay personas que piensan y afirman que estos "son como el hermano de su hijo de corta edad" o que el menor trata al animal como si fuera "un peluche", con el que duerme o juega a meterle la mano en la boca.

Para Méndez, con los perros potencialmente peligrosos "no se puede bajar la guardia nunca", porque "han sido fabricados genéticamente para ser violentos".

Desde ese punto de vista, el oficial señala que "es un error pensar que los ataques protagonizados por estos animales se deben solo a la mala educación que les han dado sus dueños". Este factor influye, pero en su genética están los impulsos violentos. Recuerda Méndez que "el peligro está en no adoptar las medidas de seguridad mínimas" para evitar que el can cause lesiones leves, graves e, incluso, la muerte.

Apunta que la actual normativa de tenencia "es muy restrictiva y se ha creado por algo"; precisamente para intentar evitar los ataques a humanos. Recuerda Méndez que de nada sirve tener la licencia si después el dueño lleva al perro sin bozal y sin correa por la calle, o lo tiene en esas condiciones en un parque infantil.

La norma también contempla la prevención en el interior de la vivienda, del jardín o la terraza. El agente indica que, según el artículo 8 del Real Decreto 287/2002 que desarrolla la Ley 50/99 de animales potencialmente peligrosos, dentro de las casas dichos perros tienen que estar atados o dentro de un espacio en el que no puedan tener acceso directo a las personas. Méndez insiste: "Nadie nos obliga a tener un perro peligroso", pero, si se posee, hay que ser consciente de lo que puede pasar y tomar medidas.

El oficial comenta que, en La Laguna, cada vez que alguien lleva un perro potencialmente peligroso al veterinario salta un aviso en la Policía Ecológica. Y, desde entonces, se le da al dueño un mes para que regularice la situación del animal; es decir, que saque la licencia y disponga de seguro. Y toda esa documentación tiene que tenerla antes de sacar a uno de estos canes del refugio de Valle Colino.