Treinta y siete personas han resultado heridas, dos de ellas graves, como consecuencia del descarrilamiento ayer miércoles de un tren que realizada el trayecto entre Sevilla y Málaga, un accidente que, según las primeras hipótesis, se debió a las filtraciones de agua en la vía por las fuertes lluvias.

Los equipos sanitarios atendieron a un total de 37 personas y de ellas, dos, por su gravedad, fueron trasladadas al Hospital Virgen del Rocío. El resto de los heridos ha sido distribuido entre diferentes hospitales de la provincia, pero ya están todos dados de alta, según un comunicado de la Junta de Andalucía.

El tren, que transportaba 79 pasajeros, descarriló poco antes de las 10.15 en el kilómetro 22 de la línea Utrera-Marchena, a la salida de Arahal (Sevilla).

Para llegar a la zona del siniestro los servicios de emergencia tuvieron que usar tractores, quads y hasta vehículos del Ejército de Tierra, ya que las fuertes lluvias dejaron los campos y veredas de acceso inundadas y enfangadas.

Poco antes de las 11 de la mañana del pasado miércoles era movilizado el Ejército con base en Morón para que sus vehículos pesados ayudasen en el traslado a los médicos, enfermeros y demás personal sanitario, mientras algunos preferían caminar a pie casi tres kilómetros para atender a los heridos de la forma más inmediata posible.

Pero la que ha sido indispensable ha sido la colaboración de los agricultores de la localidad, que se han movilizado para abrir paso a las ambulancias y remolcarlas, de tal forma que poco después de las 11.00 horas se ha solicitado que no fuesen más tractores, para no colapsar la carretera.

Los agricultores han llevado a los efectivos de emergencias hasta una zona cerca al lugar del suceso, donde han tomado un tren fletado por RENFE para recorrer el último kilómetro de trayecto aproximadamente.

Aunque las causas del accidente están siendo investigadas, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, ha apuntado al desbordamiento del río Guadaira debido a las fuertes lluvias caídas en las últimas horas.

"No es imprudente" decir que todo apnta a que ese desbordamiento ha provocado el "deslizamiento" del tren de la vía, ha dicho el ministro en los pasillos del Congreso.

En esta misma línea se ha manifestado el delegado del Gobierno, Antonio Sanz, quien ha apuntado como hipótesis la filtración de agua en las vías, algo que no es predecible.

De hecho, y según fuentes de la investigación, el suelo se hundió bajo el tren en un tramo de bajada antes de entrar en un pequeño túnel -al que el convoy llegó posiblemente por inercia-, y allí dentro, los dos primeros vagones se mantuvieron en los raíles, pero el tercero se salió de la vía.

El tren circuló unos 200 metros con el tercer vagón fuera de los raíles, hasta que golpeó con una de las paredes del túnel, un golpe que devolvió el vagón a la vía, según las mismas fuentes, que estiman que el convoy continuó un tramo más hasta que el maquinista logró detenerlo.

Una vecina de Torremolinos (Málaga), Rosa Cañete, afectada por el accidente ha dicho que media hora antes del accidente avisaron a los pasajeros de que iban a hacer un transbordo por el mal estado de la vía, aunque luego continuaron con normalidad.

Y mientras el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, expresaba su deseo de que los heridos se recuperen pronto y se restablezca la normalidad cuanto antes, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha exigido a ADIF "explicaciones de por qué ha abierto la vía en las condiciones en las que estaba".

El PSOE registrará esta tarde en el Congreso la solicitud de comparecencia en el Congreso del presidente del ADIF, Juan Bravo, y Podemos ha anunciado que también pedirá explicaciones al Gobierno.