"Con más mujeres en la cima no habría abusos sexuales", asegura en una entrevista con Mitch Lowe, cofundador de Netflix, en relación con los escándalos de acoso en Hollywood. "El problema es que hay muchos hombres blancos que cubren lo que otros hombres blancos hacen", sostiene.

Desde que salió a la luz el caso de Harvey Weinstein a comienzos de octubre, la oleada de denuncias por abuso y acoso sexual en Hollywood no ha parado de crecer, salpicando a cineastas como Brett Ratner y a actores como Dustin Hoffman.

Esos y otros casos no habrían estado ocultos durante años ni se habrían llegado a producir, según Lowe, si hubiese habido más "diversidad" en puestos de liderazgo, ya que las mujeres denunciarían "de forma inmediata".

"Es increíble cómo la gente puede aprovecharse de su puesto. Hollywood es uno de los lugares en los que ocurre, pero pasa en todos lados", dice el estadounidense, que, aunque recalca que ya no trabaja en Netflix, no ha dudado en hablar sobre las acusaciones que recaen, entre otros, sobre el actor Kevin Spacey, protagonista de "House of Cards", una de las series estrella de la plataforma.

"Yo nunca había escuchado que Spacey haya abusado de jóvenes, pero es curioso que todo el mundo en Hollywood sabía desde hace muchos años que es homosexual", dice el empresario, que no cree que el escándalo pueda afectar al prestigio de la plataforma audiovisual -que ha suspendido el rodaje de la sexta temporada de la serie- porque "la gente sabe que estas cosas ocurren".

La industria del cine y, en general, la del mundo audiovisual tiene "numerosos desafíos" pendientes, en opinión del empresario, a quien se considera como uno de los grandes visionarios del sector.

Actualmente, Lowe es director ejecutivo de MoviePass, una compañía que ofrece una "tarifa plana" para ir al cine cualquier día de la semana por una cuota de 9,95 dólares al mes y que está teniendo "gran éxito" en Estados Unidos, afirma.

El sistema, basado en un modelo empresarial muy arraigado hoy día -el de la suscripción- nació con el objetivo de llevar más espectadores a las butacas de las salas de cine.

"La gente ha aprendido que no quiere asumir el riesgo de pagar para ver una película que puede ser mala, sobre todo ahora que las entradas de cine son tan caras", señala Lowe, que espera que MoviePass pueda llegar pronto a España.

Entre las tendencias que marcarán el futuro del entretenimiento, el empresario intuye que estará el consumo de contenido audiovisual en "pequeñas dosis", porque los periodos de atención de los espectadores son "cada vez más cortos", y una clara apuesta por las "buenas historias", que prevalecerán sobre los efectos especiales debido a un uso "cada vez mayor" de la pequeña pantalla.

Además, no cree que la televisión convencional termine relegada solo al divertimento de unos pocos, por mucho que evolucione la ciencia, y está plenamente convencido de que el "boom" de las series no cesará.

"Es el mismo arte que el cine, el de contar historias, y la verdad es que hay un cierto egoísmo en los cineastas a la hora de creer que la televisión es un arte secundario. Las series son mucho mejores a la hora de desarrollar personajes", opina Lowe, de visita en España para participar en la reunión de antiguos alumnos de EAE Business School.

Por eso, no solo ve como factible que producciones como "Juego de Tronos" se puedan seguir pronto en la gran pantalla, sino que considera que deberían participar en festivales de cine, como el de Cannes que, en su pasada edición, abrió la veda para que participaran Netflix.

Esa decisión del concurso desató una gran polémica entre quienes apoyan la apertura a las nuevas plataformas y quienes, como el cineasta Pedro Almodóvar, consideran que no deben competir en festivales aquellos filmes que no se proyectan en cines.

"La industria del cine cree que empresas como Netflix están dañando a su negocio y la están castigando", opina Lowe, que precisa que Netflix sí quiere llegar a las salas, pero que son los cines los que "rechazan reproducir su contenido porque también lo ven como competencia".

"Estamos en un periodo de cinco o diez años en el que hay un poco de amargor. Todos están siendo egoístas y luchan entre ellos", afirma el estadounidense, convencido de que los modelos tradicionales y los novedosos pueden y deben "coexistir".