En los próximos días se cumplirá el primer año desde la desaparición de Carmelo Antonio Díaz Pezcoso, el vecino de Adeje al que se vio por última vez el 9 de noviembre de 2016. Su esposa, Pilar Dóniz, afirma que "estamos como al principio", sin información alguna sobre lo que pudo ocurrirle a su marido aquella tarde.

Dóniz señala que, después de una campaña que duró varias semanas para buscar algún dato que contribuyera a localizar a Carmelo, "no hay pistas".

En los días posteriores a la interposición de la denuncia, la familia y los agentes del Instituto Armado recibieron diferentes llamadas para aportar lugares donde supuestamente fue visto. Pero ninguna resultó válida para encontrar a un hombre que, durante años, trabajó en el subsector turístico en el Sur de Tenerife.

La mujer del desaparecido comenta que los miembros de la Guardia Civil y la autoridad judicial mantienen abierta la investigación para esclarecer el suceso.

Pilar Dóniz recuerda, una vez más, que su marido salió de su vivienda, en la zona de La Postura, junto al casco urbano de Adeje, a las 18:30 horas del 9 de noviembre.

Se dirigió a una ferretería situada en el polígono industrial de Barranco Las Torres para comprar una serie de productos. Y después inició el camino para regresar a su domicilio. Fue visto por última vez por una conocida en el barrio de Los Olivos, junto al Instituto de Enseñanza Secundaria (IES). Y dicho lugar es un cruce de varias calles. Hasta ahora, se desconoce si Carmelo Antonio siguió hacia la avenida La Constitución de La Postura, o bien se despistó y acabó dirigiéndose a la zona de Las Nieves (hacia la autopista), o hacia la parte alta de la urbanización residencial de Los Olivos. Y, evidentemente, también se desconoce en qué circunstancias desapareció del lugar.

Dóniz recuerda que, a las 19:30 horas, empezó a preocuparse por el retraso de Carmelo para regresar a su casa. Y una hora más tarde decidió salir de su vivienda y realizar el camino para ver si lo encontraba en algún lugar. Pero no halló ni rastro. También hizo llamadas a algunas personas conocidas, como el encargado de una pizzería, que tampoco lo vio aquella tarde.

Carmelo Antonio afrontaba algunos problemas de salud. Tenía diagnosticada una diabetes del tipo 2 y, a raíz de esta, padecía problemas de visión. Además, caminaba con cierta lentitud, pero, según su esposa, era capaz de realizar el trayecto entre el comercio y su casa sin especial dificultad.

La vía de Los Olivos donde fue visto por última vez es una calle muy transitada a todas las horas del día, ya que se trata de uno de los accesos principales al casco urbano de Adeje y al barrio de La Postura.

Dóniz se sigue preguntando "qué es lo que pasó para que desapareciera así".

Carmelo y Pilar son padres de una niña de 12 años. La mujer reconoce que tiene un carácter fuerte y que "no pierdo la fe en que un día regrese a casa". Por ahora, comenta que en el hogar "se malvive", "a veces con pensamientos positivos y, otras, con ideas negativas".