Dos años después de la muerte del exbatería del grupo Los Piratas, Javier Fernández, en su casa de Ponteareas (Pontevedra), arrancó el juicio, en el que el guardia civil que le disparó mortalmente justificó su actuación y defendió que no le quedó "otra alternativa". El juicio se reanudará el lunes.

La vista oral se inició ayer con la declaración del guardia civil que, en agosto de 2015, disparó causando la muerte al músico. El agente está acusado de un delito de imprudencia grave profesional por haberle disparado un tiro mortal cuando acudió a su casa por un aviso.