p> Scotland Yard quiere averiguar qué o quienes son los responsables del incendio de la torre Grenfell de Londres por lo que ha abierto una investigación criminal que se suma a la abierta el jueves oficialmente por la primera ministra Theresa May.

Un total de 76 personas han muerto o siguen desaparecidas desde el incendio que asoló el miércoles las 24 plantas del edificio de apartamentos en el barrio de Kensington y en el que vivían más de 600 personas, según los cálculos realizados por la cadena BBC. El diario ''The Sun'' estima que son 65 residentes los que están aún desaparecidos.

Las autoridades británicas ya han advertido sobre la posibilidad de que las víctimas no puedan nunca ser identificadas y mantienen el balance oficial en 17 muertos y cerca de 80 heridos. Sin embargo, se ya han anunciado que el balance de fallecidos aumentará conforme avancen las tareas de búsqueda de los bomberos en el interior de la torre, gravemente deteriorada por las llamas.

La primera ministra británica Theresa May, que el jueves recibía fuertes críticas por no haber visitado a los afectados, ha acudido el viernes a interesarse por las víctimas hospitalizadas y visitaba a los afectados al igual que la reina Isabel II y el príncipe Guillermo que se acercaban al lugar del siniestro y se reunían con los miembros de los servicios de emergencia, residentes locales y representantes de la comunidad.

El líder laborista Jeremy Corbyn, que el jueves mantenía un encuentro con los afectados por el siniestro, ha hecho el viernes un llamamiento a "requisar si es necesario" hogares con el fin de albergar a los que se han quedado sin nada tras el desastre. Kensington y Chelsea son los barrios más caros y lujosos de la capital británica y tienen más propiedades vacías que ningún otro barrio londinense con un total de 1.399 viviendas desocupadas.

En medio de la indignación creciente de los vecinos afectados y de las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos, Scotland Yard anunciaba el viernes que ha abierto una investigación criminal tras el siniestro para determinar responsabilidades.

Aunque la primera ministra Theresa May ya anunciaba el jueves que se abría oficialmente una investigación, no se ha determinado aún cuál fue el origen del incendio y la causa de su rápida propagación.

No obstante, varias denuncias apuntan al revestimiento con espuma de poliestileno que se empleó en la reforma efectuada el pasado año como una de las causas que han contribuido a la virulencia de las llamas.

Según apunta el diario británico ''The Sun'', el incendio se originó en un apartamento de la cuarta planta de la torre, en el que una nevera sufrió un fallo eléctrico y comenzó a arder. El vecino que vivía en el apartamento avisó a los vecinos de lo sucedido y las llamas se propagaron rápidamente.

Preguntado el jueves por la posibilidad de que el balance supere los 100 muertos, el mando de la Policía británica Stuart Cundy aseguró que confía en que no se llegue a una cifra tan elevada. "Me gustaría confiar en que no va llegarse a una cifra de tres dígitos", señaló.

EL EXMINISTRO ESQUIVO

Por su parte, Gavin Barwell, que fue ministro de Vivienda antes de perder su asiento en las elecciones generales que celebró Reino Unido la semana pasada y ahora es el jefe de Gabinete de la primera ministra, ha esquivado el viernes las preguntas sobre su falta de acción tras las advertencias sobre la seguridad contra incendios.

Barwell se ha negado a responder cuestiones sobre el por qué retrasó la revisión en torres de viviendas susceptibles de ser pasto de las llamas tras el incendio sufrido en 2009 en la torre Lakanal House en el que murieron seis personas y hubo más de 20 heridos.

En octubre, el exministro de Vivienda dijo en la Cámara de los Comunes que los reglamentos de construcción contra incendios se examinarían tras un informe emitido en 2013. No obstante, nunca se llevaron a cabo y se estima que cerca de un millar de torres de apartamentos similares en Reino Unido carecen de aspersores de agua.

En este sentido, el Gobierno ha puesto en marcha una revisión de emergencia de seguridad en 4.000 bloques de pisos en toda Gran Bretaña tras las presiones recibidas el jueves por parte de los residentes que exigen recursos suficientes para prevenir y hacer frente a las consecuencias derivadas de un incendio de tamaña magnitud.

El inmueble estaba habitado por familias de múltiples nacionalidades. Precisamente, los musulmanes residentes en el inmueble fueron los primeros en dar la voz de alarma cuando comenzaron las llamas. El hecho de estar en el mes del Ramadán supuso que la comunidad islámica estuviera despierta y fueran los héroes de la noche jugando un papel decisivo sacando a mucha gente del edificio y proporcionando ayuda y ropa a los afectados. Fueron los primeros en ir de puerta en puerta alertando a los residentes del fuego.

Los medios británicos coinciden en destacar que si no hubiera sido por el Ramadán y la rápida reacción de la comunidad islámica estaríamos hablando de una tragedia de dimensiones aún mayores. El inmueble, construido en 1974, había sido reformado el pasado año. Antes y después de este suceso, la torre había recibido varias denuncias por las deficiencias que presentaba en materia de seguridad.

Los residentes aseguran que la alarma antiincendios no saltó y ya ha trascendido que en los meses anteriores al siniestro se habían presentado varias quejas ante al arrendatario del complejo precisamente a el temor de que se produjera un incendio.

La rapidez y virulencia con que se extendieron las llamas hasta el último piso, cuando comenzó en el segundo, podría deberse a un nuevo sistema de revestimiento térmico que fue instalado en 2016.

El desastre ha provocado una revisión por parte de profesionales de la construcción y de expertos antiincendios de los elementos empleados en rehabilitaciones que se hayan empleado en los últimos 10 años.

La fachada de aluminio con recubrimiento de polvo de poliéster, que fue instalado como parte de la remodelación para mejorar el aislamiento y la apariencia, podría haber contribuido a extender el incendio con mayor rapidez, al menos así lo creen bomberos y expertos en seguridad, según explica el diario británico The Guardian.

David Collins, miembro de la asociación de vecinos Grenfell Tower, ha declarado que había preocupación por la ubicación de las calderas y las salidas de emergencia entre otras muchas deficiencias que habían detectado y denunciado. Además, ha detallado que habló con concejales y que "se negaron a investigar" pese a que el 90 por ciento de los residentes firmaron una petición para que personas independientes realizaran pesquisas sobre la dirección del inmueble.