La justicia y los servicios secretos franceses pidieron a comienzos de semana a sus homólogos de Israel que les ayuden a buscar a un grupo de estafadores que se hicieron pasar por el ministro de Defensa galo, Jean-Yves Le Drian, y por miembros de su entorno para obtener millones de euros de empresas.

"Libération" dio cuenta hoy, sin precisar sus fuentes, de esta operación para tratar de identificar a estos delincuentes (a los que presenta como franco-israelíes) y que llegaron a crear una réplica perfecta del despacho de Le Drian para sus prácticas.

Desde ese escenario, en el que no faltaba ni el retrato oficial del presidente francés saliente, François Hollande, ni las banderas francesa y europea, un doble del ministro pedía por vídeo-conferencia a empresarios que contribuyeran a la lucha de Francia contra el terrorismo.

Empresas francesas -"Libération" no da nombres- hicieron pagos de millones de euros a cuentas en paraísos fiscales, que luego se han evaporado.

Según los casos, el falso Le Drian y sus falsos colaboradores justificaban sus peticiones de dinero explicando que era para pagar algún rescate al Estado Islámico, para financiar operaciones especiales o para compras de armas que debían mantenerse confidenciales.

En 2015, el titular francés de Defensa ya había denunciado ante la justicia el uso ilícito de su identidad para una operación similar, en aquel caso para sustraer dinero a la mayor parte de los jefes de Estado de África francófona.

Israel es desde hace años el centro mundial de este tipo de prácticas, conocidas como "estafas del presidente", cuya invención se atribuye a un franco-israelí, Gilbert Chikli, condenado en 2015 por la justicia francesa a siete años de cárcel y un millón de euros.