El juicio contra el presunto pederasta de Ciudad Lineal Antonio Ortiz se reanuda hoy con la comparecencia como testigos de hasta doce agentes de Policía Científica que participaron en los dos registros de los domicilios, en donde hallaron restos de ADN del acusado y de una de las menores.

Será la primera sesión de la semana, toda vez que las jornadas del martes y miércoles se suspendieron debido al fallecimiento de un familiar de uno de los tres miembros del tribunal de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid que enjuicia los hechos.

Ortiz, de 44 años y para quien el fiscal pide 77 años y medio de prisión, fue detenido el 24 de septiembre en Santander y al día siguiente fue trasladado a Madrid para participar en el registro de la vivienda de la calle Santa Virgilia, en el barrio de Hortaleza, donde supuestamente agredió sexualmente a dos menores.

En este piso -que su madre mantenía vacío-, los agentes hallaron abundante material probatorio contra el procesado, pese a que Ortiz duchó a las niñas y llegó incluso a contratar los servicio de una empresa de limpieza tras presuntamente cometer las dos agresiones.

Durante doce horas, los agentes revisaron el denominado "piso de los horrores" palmo a palmo, incluidos los desagües y tuberías, así como techos, paredes y juntas de toda la casa en busca de restos biológicos del acusado o de alguna de las niñas.

Finalmente, encontraron una huella palmar de una de las niñas en un plástico colocado sobre un colchón -que la empresa de limpieza no tocó-, restos de vómito de otra menor detrás de un mueble, y la huella de una zapatilla en el pasillo.

Aunque lo más evidente fue el esperma del acusado y sangre de una de las niñas, en concreto de la segunda víctima que fue agredida el 10 de abril de 2014, cuyo testimonio fue crucial para localizar la vivienda ya que dibujó un plano de la misma lleno de detalles, pese a que Ortiz supuestamente la suministró Lorazepam (orfidal).

Previamente, la misma tarde de su detención, los investigadores se habían desplazado a la casa de Montearagon, en la que encontraron el bote de crema que el procesado compró tras capturar a la última de las niñas el 22 de agosto de 2014. Ortiz paró su Citröen Xsara Picasso en doble fila para entrar a comprar una crema en un comercio, con una actitud que hizo sospechar a la tendera.

Y también el resguardo de una multa puesta a un coche de la marca Toyota que podría ser el que el presunto agresor utilizó con una de las niñas.