Por diversas calles o cafeterías del casco urbano de Granadilla, el recurrente tema de conversación ayer era, inevitablemente, el supuesto secuestro y homicidio de un empresario natural de esa localidad chasnera que residía en pleno centro de Santa Cruz de Tenerife. Aunque el asunto está en proceso de investigación, el móvil económico como posible causa del ataque sufrido por la víctima cobra fuerza. A falta de los resultados de las pruebas del ADN, los cuerpos de seguridad trabajan con la hipótesis de que el fallecido que apareció carbonizado en el maletero de su propio vehículo en la noche del pasado martes en San Miguel de Abona es Raimundo Toledo, tío del conocido actor Willy Toledo y hermano de un prestigioso médico, ya fallecido, que trabajaba en Madrid.

Si se confirma finalmente dicha trágica posibilidad, cabe decir que el empresario pertenece a una familia con gran raigambre y muy conocida en Granadilla.

Dicho empresario figura como propietario de una estación de servicio situada en la carretera de El Médano, cerca del acceso a la TF-1. Ese, posiblemente, sea uno de sus negocios más conocidos. Pero dicho hombre también figuraba como socio en una empresa dedicada a la construcción y las actividades inmobiliarias.

Y, además, era dueño de una explotación agropecuaria en las medianías de Granadilla de Abona, entre otras cosas.

Fuentes del personal de una de sus empresas reconocen que están consternados y desconcertados ante la posibilidad de que haya sufrido una muerte de esas características.

El Juzgado de Instrucción que lleva este caso de muerte violenta decretó el secreto de sumario sobre las actuaciones desde la jornada del pasado miércoles, con el objetivo de que la investigación se desarrolle con eficacia y que los autores puedan ser identificados, localizados y detenidos.

El fallecido, de 68 años de edad, estaba casado y era padre de tres hijos. Su figura era muy apreciada en algunos sectores de la sociedad granadillera, ya que sus empresas patrocinan diversos clubes deportivos.

Aunque residía en la capital tinerfeña, casi todos los días se desplazaba a Granadilla para estar al tanto de sus negocios. En sus respectivos ámbitos, el Laboratorio de Criminalística y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, así como el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía trabajan conjuntamente para disponer de la información necesaria que permita esclarecer este trágico suceso, que ha conmocionado a la sociedad tinerfeña y, en particular, a los vecinos de Granadilla.

El delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, declaró ayer a Radio El Día que una persona alertó a la Policía de que había visto la retención ilegal del empresario en Santa Cruz.

Si la desaparición del empresario fue conocida por la Policía Nacional en la tarde del martes y ya entonces existía la pista del citado vehículo, por la noche se descubrió que un todoterreno Honda era el coche que ardió totalmente junto a la montaña de La Centinela. Desde ese momento, las fuerzas de seguridad empezaron a vincular ambos hechos, según trascendió ayer.