Tres jóvenes que estuvieron de fiesta en Puerto de la Cruz durante la madrugada del pasado sábado sustrajeron en la calle Blanco una cruz, que supuestamente tiene varios siglos y que forma parte de la sexta estación del Vía Crucis; la subieron en un coche y después se les cayó en la avenida Francisco Afonso Carrillo en dirección a Punta Brava. Curiosamente, al intentar regresar para recogerla, los implicados chocaron contra una palmera y dejaron el vehículo abandonado.

Los hechos ocurrieron poco después de las 5:00 horas a la altura del número 4 de la calle Blanco. Los tres jóvenes retiraron la cruz situada actualmente en la fachada del edificio La Marina. El citado efecto es una pieza que tiene dos metros y veinte centímetros de altura. Supuestamente, dicho objeto data de finales del siglo XVII y se trata de un elemento patrimonial con valor histórico y situado dentro del área de Protección del casco del Puerto de la Cruz.

Después se la llevaron hasta el aparcamiento situado en la parte trasera del muelle portuense, donde un transeúnte observó cómo las tres personas cargaban la cruz en el techo de un utilitario de la marca Fiat.

Posteriormente, salieron del barrio de La Ranilla y se dirigieron hacia el núcleo de Punta Brava. Cuando circulaban a la altura de Playa Jardín, la cruz histórica se cayó al suelo. Cien metros después, los tres jóvenes intentaron dar la vuelta para recuperarla, pues se quedó en medio de la calzada, con el peligro que eso pudo suponer para otros conductores.

En dicha maniobra de giro, el conductor perdió el control del automóvil y chocó contra el bordillo y una palmera. Posteriormente, los tres individuos abandonaron el coche en el lugar y allí fue localizado por miembros de la Policía Local del Puerto de la Cruz, que previamente habían sido avisados del suceso por un testigo del hecho.

Como es lógico, los agentes instruyeron diligencias por el asunto, pues creen que pudo haber un delito contra la seguridad vial.

Horas después del suceso, el padre del conductor del vehículo, un varón de 22 años, se personó en dependencias policiales y reconoció que, junto a otros jóvenes, cogieron la cruz "en plan cachondeo". Después la transportaron hasta que se les cayó.

El progenitor del joven identificado por los hechos mostró su deseo de restaurar los daños ocasionados en la cruz y volverla a colocar en su lugar de origen. De hecho, ese compromiso lo adoptó tanto ante agentes municipales como ante la propietaria de la centenaria cruz. Supuestamente, los daños principales se hallan en el estuche que recubre el madero propiamente dicho y que fue realizado hace unos 25 años. El elemento patrimonial se restaura en un taller.

La propietaria acepta la disculpa

La mujer que figura como propietaria del elemento patrimonial afectado declinó hacer declaraciones a EL DÍA. En cualquier caso, aceptó las disculpas planteadas por los padres y el joven identificado hasta ahora como conductor del coche. Además, realza que dichas personas asumirán la restauración de la cruz histórica. La Policía trata de identificar a los otros dos implicados en el mencionado suceso.