Decenas de ciudades en el sureste y noreste de Australia continúan hoy anegadas tras las copiosas precipitaciones que, desde noviembre, han causado al menos 32 muertos y una docena de desaparecidos.

Las autoridades calculan que los daños rondarán los 20.000 millones de dólares (14.867 millones de euros), una cifra cuatro veces más alta que la manejada hace dos semanas.

El subdirector de operaciones del Servicio de Emergencia del Estado, Tim Wiebusch, indicó que en el estado de Victoria, en el sureste, el nivel del caudal del agua "continuará en máximos durante bastante tiempo, por lo que esta situación se prolongará probablemente otros siete o diez días", según la radio ABC.

Las inundaciones afectan a un 25 por ciento del territorio de Victoria, donde torrentes de agua desciende por el norte y oeste y afectan a 72 poblaciones.

En Kerang (noroeste), a 300 kilómetros al norte de Melbourne, la capital de Victoria, la corriente del río Loddon amenaza con derribar los diques de contención, que se agrietaron y fueron reparados, y que protegen a un millar de vecinos que se han quedado para cuidar sus propiedades.

La localidad de Dimboola (noreste) ha quedado aislada y permanecerá rodeada de agua durante al menos una semana.

La misma situación se repite en otras comunidades de Victoria que las autoridades han declarado en alerta.

El caudal de los ríos Wimmera, Avoca, Loddon y Campaspe ha alcanzado máximos e irán a desaguar en el Murray, que desemboca en el estado vecino de Australia del Sur.

Victoria tiene un tercio de los árboles frutales del país y produce la tercera parte del grano australiano.

"Necesitaremos cientos de millones de dólares para reparar los daños por la pérdida de los cultivos y el daño a las infraestructuras en Victoria", indicó el jefe de los servicios de emergencia, Ron Walker.

El ministro de Servicios de Emergencia de Victoria, Peter Ryan, afirmó hoy que, "sin lugar a dudas", estas son las peores inundaciones desde que comenzaron a registrarse datos, hace 130 años.

En el estado de Queensland, en el noreste, las inundaciones han causado 30 muertos y estragos en la agricultura y la minería del estado, que produce la mitad del carbón del país.

Queensland exporta el 45 por ciento de la carne y el 22 por ciento de los cereales, verduras y frutas nacionales.

Unas 33.000 vivienda de Brisbane, la capital del estado, se quedaron anoche sin electricidad por unas tormentas que agravaron la situación de las inundaciones.

El mal tiempo continuó hoy con menos fuerza y, si se cumplen las previsiones meteorológicas, lucirá el sol el fin de semana con una temperatura de unos 28 grados.

No obstante, los meteorólogos advierten de que con la luna llena habrá una subida de la marea pronunciada y se anegarán zonas bajas de Brisbane, pero no se repetirá la catástrofe de la semana pasada.